lunes, agosto 10, 2009

El golpe de la otra mara. Roberto Quesada

Honduras: el golpe de la otra mara
(La 14 de Raviber sobre el golpe)
Roberto Quesada

“Yo soy el primero en rechazar el golpe de Estado”—Cardenal Oscar A. Rodríguez M., hondureño (La Vanguardia, España).

Nota para los lectores fuera de Honduras: Como con el golpe de Estado pasa de todo, cosas increíbles, el personaje de este artículo Ramón Villena Bermúdez y su hermano Mauricio, son hijos de un presidente hondureño derrocado con un golpe de Estado en 1963, y ahora sus hijos son voceros y defensores acérrimos del golpe de Estado perpetrado contra el presidente Manuel Zelaya. Ahí les va mi respuesta a don Ramón quien trata de convencernos a los hondureños con la 14 de que el golpe de Estado no fue golpe de Estado.

He leído en La Tribuna (8 Agosto, 2009), el artículo titulado: “Catorce diferencias”, de Ramón Villeda Bermúdez (Raviber), intentando, desesperadamente pero sin éxito, convencernos de que el golpe de Estado no fue golpe sino otra cosa “lo sucedido” en Honduras. No quisiera perder tiempo desglosando las 14 razones, porque caen por su propio peso y piso.
No obstante, escribo sobre el tema porque el país que nos caricaturiza en sus 14 no es Honduras, el que tiene por capital a Tegucigalpa (Tegucigolpe) sino otro que los hondureños no conocemos.
En su primera razón dice: “En Honduras los militares no tomaron el poder”. Pregunto: ¿Y qué o quién es esa sombra que anda detrás Micheletti, es un clon o un hermano gemelo de Romeo Vásquez Velásquez?
La segunda: “Todas las leyes continúan aplicándose”. Ustedes no están en facultad de aplicar o no ninguna ley, relea la Constitución de la República: “ARTICULO 3.- Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador ni a quienes asuman funciones o empleos públicos por la fuerza de las armas o usando medios o procedimientos que quebranten o desconozcan lo que esta Constitución y las leyes establecen. Los actos verificados por tales autoridades son nulos. El pueblo tiene derecho a recurrir a la insurrección en defensa del orden constitucional.”
Su tercera razón: “Los tres poderes del Estado actúan con total independencia”. Esta ni la contesto, se aplica la misma respuesta que la anterior: El Artículo 3 de la Constitución de la República.
Novena: Habla de que habrá elecciones en noviembre, ¿de quiénes y para qué si la comunidad internacional desconoce elecciones realizadas en gobierno de facto, golpista?
Razón diez: “Se respetan los derechos humanos de todas las personas y las manifestaciones pacíficas. Ha habido incluso sobrada paciencia con los individuos”. Apenas el viernes siete, una Comisión Internacional de Derechos Humanos presentó ante la ONU y la OEA, casos y casos de la violación de estos derechos por parte del gobierno de facto. Aquí usted deja entrever que está en desacuerdo con la “poca” fuerza bruta que se ha aplicado contra el pueblo y que si de usted dependiera no tendría esa “sobrada paciencia”. ¿El nombre: Isis Obed Murillo le dice algo? Fue el muchacho de 18 años, desarmado, asesinado por las Fuerzas Armadas en el aeropuerto Toncontín. En este momento su padre está preso por haber denunciado el crimen.
Su décimoprimera razón: “El orden se mantiene”. Aquí sí se equivocó en el artículo, no es El, es La. La orden se mantiene: Disparar, garrotear, torturar, intimidar, aterrorizar, violar, amenazar, amordazar, mentir, perseguir, chantajear, dar pescozones a autoridades y lanzarlas al suelo (como el caso de la Rectora de la Universidad Autónoma de Honduras, Julieta Castellanos). Sí, allí sí estoy de acuerdo con usted: La orden se mantiene. Ah, y no olvidemos el toque de queda luego convertido en estado de sitio ¡Qué paz, tanta paz que simula la paz de los cementerios!
Y en la 14 (una menos que la 13 y cuatro más que la 18, pero ligadas al fin): Usted desconcierta al decir: “Se respeta el derecho a la libre expresión del pensamiento, aunque algunos individuos lo utilicen para confundir, mentir, denigrar y difamar.”
Confieso algo, fíjese que mientras iba a responderle al clímax de su punto 14 me ha dado un ataque de risa, es verdad, tomaré una pausa para luego regresar a escribir (…) Ya regresé: ¡Sr. Villeda Bermúdez! El mundo entero sabe de la flagrante violación a la libertad de expresión, a la libertad de prensa que se ha dado y se continúa dando en Honduras. Inmediatamente después de que encañonaron, amarraron, empujaron, secuestraron y desterraron al Presidente Constitucional de la República, Manuel Zelaya Rosales, aquel 28 de junio, fueron selectivamente a las casas de los periodistas Esdras Amado López y Eduardo Maldonado, a la de su colega caricaturista Allan McDonald y su hijita (la niñita también fue detenida), y así de muchos más a arrestarlos. Militarizaron el Canal 36 y otras emisoras. El pueblo espantó a los militares cuando intentaron tomarse Radio Progreso (a propósito, mientras escribo esto Radio Progreso (www.radioprogresohn.com) tiene censurada su señal de Internet hacia los Estados Unidos, quizá quieran censurar Notinada: noticias en el país que no pasa nada, mismo que refleja en su artículo). Apenas esta semana que recién concluye Radio Globo (www.radioglobohonduras.com) recibió una carta, de parte de los militares, en complicidad con CONATEL, que le quitarían la señal y la cerrarían, por supuesto tratando de intimidar a sus periodistas, especialmente a Alejandro Villatoro y David Romero. No menos amenazas ha tenido Canal 36 (http://www.cholusatsur.com/) y su director Esdras Amado López. También han ultrajado a periodistas extranjeros. Le propinaron salvaje paliza al fotógrafo de Tiempo (http://www.tiempo.hn/) Héctor Clara Cruz (y ya antes Canal 11 y Diario Tiempo sufrieron atentados e intimidación). En fin, tantos casos más, entre ellos la muerte de periodistas y maestros. Entonces don Ramón, dígame, ¿de qué país nos está hablando? De Honduras y el gobierno de facto no es, no, claro que es de otro, incluso es posible que este país del que nos habla esté hasta en otro continente. ¿O planeta?
Don Ramón: Sin afán de polemizar, me gustaría que enumerara con nombre los países a los que se refiere, que dice que han suavizado su lenguaje e insinúa que ya no le llaman golpe de Estado al golpe de Estado.
Fíjese que en estas fechas he estado (con ‘e’ minúscula) de viaje, precisamente exponiendo la realidad real sobre el golpe de Estado. Y no hay país de los visitados en que no se diga y maldiga al golpe de Estado en Honduras. Entiendo, y es hasta comprensible, que usted y su hermano Mauricio tengan un grave conflicto de conciencia, por ello se ven obligados a recurrir hasta lo ridículo para querernos convencer de que el golpe de Estado no fue golpe de Estado. Con ello justificarían la traición que ustedes han hecho a su padre, el honorable presidente Ramón Villeda Morales. No traten de engañarnos para resolver sus problemas personales de oscuridad de conciencia, estos se resuelven con ayuda espiritual o profesional de otra índole, pero no tratando de defender lo indefendible a costa de tratar de engañar a un pueblo y empujarlo al precipicio. Claro que lo sucedido al presidente Zelaya, tanto como a su padre, es un indiscutible golpe de Estado. Incluso, en entrevista a La Vanguardia de España, que tuvo a bien reproducir Tiempo, el cardenal Oscar Andrés Rodríguez M., dice: “Yo soy el primero en rechazar el golpe de Estado”. ¿Acaso con ello el prelado no reconoce que sí fue golpe de Estado? No lo contradiga, que usted es hombre de fe.
Hacia el final del artículo no se sabe si don Ramón reconoce o denuncia a la 14 (más parece un graffiti), cuando escribe, aclaro al lector/a, los paréntesis son míos: “Siempre en número de catorce, están los sectores que respaldan las actuaciones del actual gobierno (de facto, golpista). Nueve son parte de la organización del Estado (golpista); a ésos se suman el Colegio de Abogados (no todos, ¿dónde deja a El Frente de Abogados contra el Golpe de Estado en Honduras? ), la Comisión Nacional Anticorrupción (misma que está repartiendo a diestra y siniestra el billete del pueblo) , el Comisionado de los Derechos Humanos (expulsado de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) y castigado con la revocación de la visa estadounidense) , los cuatro partidos más grandes (falso, en Honduras, hasta ahora, solo existen dos partidos grandes), la iglesia católica (es decir el cardenal Rodríguez M.) y la protestante (entiéndase Evelio Reyes), el Consejo Hondureño de la Libre Empresa (esto quiere decir los empresarios, no todos, existen empresarios como Don Jaime Rolando Rosenthal Oliva), la Asociación Nacional de Industriales (¿Toditos los industriales? Nike y Adidas se manifestaron en contra del golpe de Estado enviando carta al Departamento de Estado de los Estados Unidos)…”
Lo peor que le puede suceder a un columnista o a alguien que pretenda ser escritor, es no respaldarse en la verdad (esto me recuerda la falsa carta de renuncia adjudicada al presidente Zelaya que leyeron en el Congreso). Usted sabe muy bien que no tiene ningún nombre, de país o de personalidades, que legitimen sus palabras. La verdad es que el mundo entero, la ONU y la OEA, han condenado y continúan condenado el golpe de Estado. Y cada vez se condenan ustedes mismos mucho más con declaraciones como la del obispo Darwin Andino, que desestima las muertes que ha habido en Honduras a manos de las Fuerzas Armadas (quienes después de más de dos décadas de lucha por mejorar su imagen, cosa que habían logrado, han dado un salto atrás ganándose la condena y el menosprecio del pueblo y del mundo), aduciendo que en China en una semana hubo 300 muertos y en Nigeria 200, así que en Honduras son poquitos, insignificantes. Y esto está grabado, para que no quede duda, tal como sucedió con el escrito de Juan Ramón Martínez: “Villeda Morales se revuelca en su tumba”, que luego él sale a decir que no fue él y usted a respaldarlo. Si uno busca este artículo en Internet verá que está publicado en varios lugares y el estilo es, sin la menor duda, del que ahora dice que no lo escribió.
Esto demuestra que entre ustedes la deslealtad es natural, casi un requisito, un vicio. Esto mismo le está sucediendo a Romeo Vásquez Velásquez, a quien ya empiezan a echarle a él solito todos los muertos y el golpe de Estado.
No olvide que cada día que pasa sosteniéndose este golpe de Estado, el país entero es el que está perdiendo. Si tan patriota es usted y sus colegas, porque la palabra “patriotismo” la han utilizado para justificar el golpe, desistan ya de este delirio que nadie apoya en el mundo. Háganlo no por partidos políticos ni por persona alguna ni por intereses personales sino por la Patria.

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