Excelentísimo Señor Miguel d’ Escoto
Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas
Señor Presidente:
Respetuosamente me dirijo a usted apelando a su conciencia de respeto a la vida, la dignidad y de los derechos humanos de los pueblos y reconociendo en su digna persona a uno de los baluartes en la lucha por la paz y la justicia mundial.
Firmo en mi calidad de médico al servicio de los pobres, defensor de los derechos humanos y del ambiente, educador y ex Rector de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.
Enviamos esta apelación a su digna persona tan rápidamente como podemos, aunque estamos seguros de que sería avalada por las organizaciones de derechos humanos y millones de hondureños (as), porque la esencia de la misma es el respeto a la vida; pero no es posible hacer las consultas en este caso porque Honduras se encuentra en Estado de Sitio, con la suspensión de todas las garantías constitucionales y con la seria posibilidad de que se cometa, en cualquier momento, un magnicidio en la persona del Presidente de Honduras, José Manuel Zelaya Rosales, actualmente alojado por el Gobierno de Brasil en su Embajada de Tegucigalpa.
Reconocemos los esfuerzos que usted ha realizado por contribuir a la solución de los conflictos tomando como base la paz, la justicia y el respeto a los derechos humanos.
La violación sistemática de los derechos humano en Honduras se ha incrementado, la nación se ha convertido en una inmensa cárcel sin permitir el acceso a los heridos, torturados y sin poder suministrar agua y alimentos a las personas que han sido arbitrariamente encarceladas o detenidas en estadios, canchas deportivas, cárceles clandestinas, centros de detención policial y militar.
La situación de las niñas y niños desnutridos en los hospitales es de alto riesgo ya que no reciben alimentos por el toque de queda y pueden sufrir de hipoglucemia con riesgo de morir. Millares de bombas lacrimógenas se han lanzado desde aviones y desde la tropa, centenares de detenidos y torturados, heridos la mayoría corresponden a la población civil.
No se ha respetado la inmunidad ni el territorio de la Embajada de Brasil en Honduras. La vida del Presidente legitimo de los hondureños y su familia corre peligro, en igual forma el cuerpo diplomático, al que no se respeta la inmunidad.
Apelamos a usted con carácter de urgencia para que se nombre una misión medica y de derechos humanos de la ONU para que se presente a la Embajada de Brasil, atienda al Presidente y su familia, al cuerpo diplomático brasileño y se garantice el respeto a la vida y la salud de los seres humanos.
Que esta misión visite los estadios, canchas deportivas, los centros de detención policial, los hospitales y los batallones donde están encarcelados y torturados centenares de hondureños(as).
Sabemos que existen entidades específicas en la ONU sobre derechos humanos que están haciendo valiosos esfuerzos. Sin embargo los trámites son lentos y los resultados pueden ser, sin que esto sea exagerado en un ápice, post mortem.
Sin embargo un llamado a la conciencia mundial por parte del Padre Miguel d’Escoto sería escuchado por su fuerza moral en todos los rincones de la tierra.
En caso contrario que no puedan organizarse de emergencia las citadas misiones, nosotros nos ofrecemos voluntariamente para prestar nuestros servicios médicos y derechos humanos; visitar al Presidente y su familia y al cuerpo diplomático en la Embajada de Brasil y con nuestros equipos de salud visitar todos los sitios de detención y tortura antes señalados.
Por el amor y la solidaridad humana y planetaria. Y al Dios al que usted le ha dedicado con gran fe y honestidad la mayor parte de su vida.
Con muestras de mi más alta consideración le saludo fraternalmente:
Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas
Señor Presidente:
Respetuosamente me dirijo a usted apelando a su conciencia de respeto a la vida, la dignidad y de los derechos humanos de los pueblos y reconociendo en su digna persona a uno de los baluartes en la lucha por la paz y la justicia mundial.
Firmo en mi calidad de médico al servicio de los pobres, defensor de los derechos humanos y del ambiente, educador y ex Rector de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.
Enviamos esta apelación a su digna persona tan rápidamente como podemos, aunque estamos seguros de que sería avalada por las organizaciones de derechos humanos y millones de hondureños (as), porque la esencia de la misma es el respeto a la vida; pero no es posible hacer las consultas en este caso porque Honduras se encuentra en Estado de Sitio, con la suspensión de todas las garantías constitucionales y con la seria posibilidad de que se cometa, en cualquier momento, un magnicidio en la persona del Presidente de Honduras, José Manuel Zelaya Rosales, actualmente alojado por el Gobierno de Brasil en su Embajada de Tegucigalpa.
Reconocemos los esfuerzos que usted ha realizado por contribuir a la solución de los conflictos tomando como base la paz, la justicia y el respeto a los derechos humanos.
La violación sistemática de los derechos humano en Honduras se ha incrementado, la nación se ha convertido en una inmensa cárcel sin permitir el acceso a los heridos, torturados y sin poder suministrar agua y alimentos a las personas que han sido arbitrariamente encarceladas o detenidas en estadios, canchas deportivas, cárceles clandestinas, centros de detención policial y militar.
La situación de las niñas y niños desnutridos en los hospitales es de alto riesgo ya que no reciben alimentos por el toque de queda y pueden sufrir de hipoglucemia con riesgo de morir. Millares de bombas lacrimógenas se han lanzado desde aviones y desde la tropa, centenares de detenidos y torturados, heridos la mayoría corresponden a la población civil.
No se ha respetado la inmunidad ni el territorio de la Embajada de Brasil en Honduras. La vida del Presidente legitimo de los hondureños y su familia corre peligro, en igual forma el cuerpo diplomático, al que no se respeta la inmunidad.
Apelamos a usted con carácter de urgencia para que se nombre una misión medica y de derechos humanos de la ONU para que se presente a la Embajada de Brasil, atienda al Presidente y su familia, al cuerpo diplomático brasileño y se garantice el respeto a la vida y la salud de los seres humanos.
Que esta misión visite los estadios, canchas deportivas, los centros de detención policial, los hospitales y los batallones donde están encarcelados y torturados centenares de hondureños(as).
Sabemos que existen entidades específicas en la ONU sobre derechos humanos que están haciendo valiosos esfuerzos. Sin embargo los trámites son lentos y los resultados pueden ser, sin que esto sea exagerado en un ápice, post mortem.
Sin embargo un llamado a la conciencia mundial por parte del Padre Miguel d’Escoto sería escuchado por su fuerza moral en todos los rincones de la tierra.
En caso contrario que no puedan organizarse de emergencia las citadas misiones, nosotros nos ofrecemos voluntariamente para prestar nuestros servicios médicos y derechos humanos; visitar al Presidente y su familia y al cuerpo diplomático en la Embajada de Brasil y con nuestros equipos de salud visitar todos los sitios de detención y tortura antes señalados.
Por el amor y la solidaridad humana y planetaria. Y al Dios al que usted le ha dedicado con gran fe y honestidad la mayor parte de su vida.
Con muestras de mi más alta consideración le saludo fraternalmente:
Tegucigalpa 22 de septiembre 2009
Juan Almendares
Director Ejecutivo del Centro de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de las Víctimas de la Tortura y sus familiares (CPTRT)
Juan Almendares
Director Ejecutivo del Centro de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de las Víctimas de la Tortura y sus familiares (CPTRT)
juan.almendares @ gmail.com
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