miércoles, marzo 10, 2010

Herta Muëller por Sara Rolla



Siempre acuciosa, siempre actualizada (en la medida que se lo permite su patria adoptiva, esta Honduras de golpe, fusil y caza), siempre generosa, nuestra querida maestra Sara Rolla ahora nos ofrece su visión sobre El hombre es un gran faisán en el mundo, novela a la que define como "una joya temprana de Herta Müller", la autora rumana ganadora de la última edición del Premio Nobel de Literatura. Entre otras cosas, Rolla recuerda que "se ha asociado ese estilo con el del “realismo mágico”, por la fusión de los planos real y suprarreal, y se ha comparado a Müller con Rulfo. Como el genial autor mejicano, Herta utiliza una prosa poética que se destaca por ese poder de síntesis que mencionábamos y por un repertorio de imágenes enraizadas en el mundo rural en que se enmarcan las historias. Pero, sobre todo, los une una marca existencial muy fuerte: la desolación, la asfixia del ámbito humano que reflejan."
Pero mejor lean la reseña completa, que su autora ha querido compartir con los lectores de este blog.

El hombre es un gran faisán en el mundo, una joya temprana de Herta Müller
Sara Rolla

Cada Premio Nobel suscita las dudas correspondientes, ya que la Academia Sueca ha dado muestras de no ser infalible. Con esa actitud prejuiciosa, compré los dos libros de Herta Müller (autora rumana que escribe en alemán, Premio Nobel 2009), que llegaron hace algunos días a una librería de San Pedro Sula. Se trata de En tierras bajas y El hombre es un gran faisán en el mundo (ambas de Editorial Santillana, colección “Punto de Lectura”, 2009). Son su primera y tercera obras, publicadas en alemán, respectivamente, en 1982 y 1986.
Este sencillo comentario, a modo de reseña, se centra en el segundo de los libros mencionados, sin desconocer la magia verbal y la fuerza temática de su “opera prima”. Cabe mencionar la calidad evidente del traductor de ambas obras: Juan José Solar.
No objetaremos ese “hombre” del título, porque está claro que abarca al género humano en su conjunto. Cualquier feminista consciente lo aceptaría, teniendo en cuenta, sobre todo, que se trata de la reelaboración poética de una expresión popular rumana. La autora lo ha aclarado así: “En rumano es muy frecuente decir: “He vuelto a ser un faisán”, que significa: “He vuelto a fracasar”, “No lo he logrado”. O sea, en rumano, el faisán es un perdedor.” (contratapa del libro citado)
Genéricamente, la obra presenta, a mi juicio, una hibridez muy fecunda. Estructurada en forma de relatos breves desmontables, posee, sin embargo, una ilación temporal y argumental que permite considerarla novela.
El clima oprobioso de la dictadura de Ceaucescu es trasladado a un lenguaje para el que no cabe más que una denominación gastada pero certera: poético en grado sumo. Carente de introspección, como en una táctica de distanciamiento psicológico, la voz narrativa va dando cuenta de las vidas vacías y desoladas de unas gentes “comunes” a quienes la opresión del régimen obliga a buscar el exilio. Pero ese lenguaje tiene una capacidad prodigiosa de síntesis y está elaborado con ritmos e imágenes que generan un lirismo muy intenso.
Se ha asociado ese estilo con el del “realismo mágico”, por la fusión de los planos real y suprarreal, y se ha comparado a Müller con Rulfo. Como el genial autor mejicano, Herta utiliza una prosa poética que se destaca por ese poder de síntesis que mencionábamos y por un repertorio de imágenes enraizadas en el mundo rural en que se enmarcan las historias. Pero, sobre todo, los une una marca existencial muy fuerte: la desolación, la asfixia del ámbito humano que reflejan.
He aquí algunos ejemplos de esa brillante prosa poética:

El hombre es un hilo negro que se interna entre las plantas. Las olas de hierba lo levantan por encima del suelo.” (p. 15)

“Aquella noche durmió tan lejos que ningún sueño pudo encontrarla.” (p. 28)

En la aldea cantan los gallos. Su canto es ronco. Aún les queda noche en el pico.” (p. 64)

Windisch cierra los ojos. Le duelen de ver tantas cruces de mármol blanco mojadas. Le duelen de tanta lluvia.” (p. 76)

Jesús duerme en la cruz junto a la puerta de la iglesia. Cuando se despierte, será viejo. Y el aire del pueblo será más diáfano que su piel desnuda.” (p. 134)

En la mitad del libro, el texto titulado “La gran casa” se constituye en una estupenda alegoría de la dictadura de Ceaucescu. Es el único capítulo en que se nombra directamente al dictador y a su esposa y, significativamente, la temática se centra en la instrucción impartida en las escuelas del régimen, cuyo funcionamiento recuerda (más allá de estar, aparentemente, en las antípodas ideológicas) a la Alemania nazi.
Otro microrrelato extraordinario, también ubicado en la parte central de la obra y perfectamente desmontable como pieza independiente, es “El rey duerme”, un texto, a mi parecer, antológico, donde brilla al máximo el genio de la autora. La trama se remonta a la época de la monarquía y trata sobre una escala que debe hacer el tren real en el pequeño pueblo donde se ambienta la novela. La población espera con entusiasmo y ha preparado un gran homenaje, pero, al llegar el tren a la estación, alguien de la comitiva avisa que deben guardar silencio porque el monarca viene dormido. El tren sigue su marcha y el relato acaba con esta imagen tristísima:

Una niña que debía recitarle un poema al rey cuando la marcha y los aplausos hubieran concluido, se quedó sola en la sala de espera y lloró hasta que las cabras acabaron de comerse todos los ramos de flores. “ (pp. 77-78)

Bello libro, denso y primoroso, éste de Herta Müller. Junto con el primero, En tierras bajas, nos incitan, decididamente, a buscar, más allá de las limitaciones de nuestro medio, sus demás obras traducidas.

San Pedro Sula, 9 de marzo de 2010

domingo, marzo 07, 2010

McOndo, postboom y neoliberalismo


En 1996 apareció el libro libro McOndo (una anotología de nueva literatura hispanoamericana), bajo el sello de Grijalbo-Mondadori/Barcelona, texto que proporcionó a sus autores: Alberto Fuguet & Sergio Gómez, inmediata notoriedad. Entre otras cosas, los autores planteaban ideas como: “El gran tema de la identidad latinoamericana (¿quienes somos?) pareció dejar paso al tema de la identidad personal (¿quién soy?). Los cuentos de McOndo se centran en realidades individuales y privadas. Suponemos que ésta es una de las herencias de la fiebre privatizadora mundial. Nos arriesgamos a señalar esto último como un signo de la literatura joven hispanoamericana, y una entrada para la lectura de este libro. Pareciera, al releer estos cuentos, que estos escritores se preocuparan menos de su contingencia pública y estuvieran retirados desde hace tiempo a sus cuarteles personales. No son frescos sociales ni sagas colectivas. Si hace unos años la disyuntiva del escritor joven estaba entre tomar el lápiz o la carabina, ahora parece que lo más angustiante para escribir es elegir entre Windows 95 o Macintosh.”
Planteado en estos términos como la antípoda del boom y su Macondo garciamarquiano, el país McOndo era definido por Fuguet-Gómez como “más grande, sobrepoblado y lleno de contaminación, con autopistas, metro, tv-cable y barriadas. En McOndo hay McDonald´s, computadores Mac y condominios, amén de hoteles cinco estrellas construidos con dinero lavado y malls gigantescos.”
Y para muchos, los atrevidos antólogos tenían la razón: McOndo era superior al Macondo exótico y tropical de nuestros padres y abuelos; sin embargo, otros mantuvieron un distante escepticismo, mientras otras, decidieron ahondar en el tema.
Un caso excepcional es el de Diana Palaversich, investigadora croata, radicada en Sidney, Australia, donde ejerce la docencia en la University of South Wales, quien no tardó en estructurar un demoledor ataque, que además incluye comentarios a otra antología, Se habla español, en la que Fuguet comparte créditos con Edmundo Paz Soldán. Entre otras cosas, Palaversich advirtió que: “el libro parece tener otra motivación, conforme con la globalización, el discurso hegemónico del momento. Mientras que los antologadores de McOndo demostraron su afinidad con la política del neoliberalismo, Fuguet y Paz Soldán demuestran en el prólogo de Se habla español su perfecto acuerdo con la versión optimista de la globalización según la cual vivimos en un mundo donde las fronteras desaparecen, donde no existen dos Américas una con y otra sin acento, sino un solo continente en el cual “cada día más, nos estamos mezclando y fusionando.” Proponer la existencia de una sola América no es algo nuevo, para citar solo un ejemplo, la organización ultraburocrática, OEA, ya desde hace mucho tiempo ha propuesto el concepto de una América que se extiende desde Canadá hasta Tierra del Fuego. Sin embargo, entre la propuesta optimista y la realidad de las dos Américas existe un abismo insondable.”
Para quienes interese el tema, ofrecemos a continuación ambos textos: el prólogo de Fuguet-Gómez y el ensayo de Palaversich titulado “Macondo y otros mitos”. Diana Palaversich ha continuado trabajando en torno al tema y en su libro De Macondo a McOndo. Senderos de la postmodernidad latinoamericana, publicado en 2005, aborda nuevas vías de discusión como la crisis del género y la política del cuerpo.

Presentación del País McOndo
Alberto Fuguet & Sergio Gómez

Esta anécdota es real:
Un joven escritor latinoamericano obtiene una beca para participar en el International Writer´s Workshop de la Universidad de Iowa, suerte de hermano mayor cosmopolita del afamado Writer´s Workshop de la misma universidad, algo así como la más importante fábrica/taller de nuevos escritores norteamericanos.
El escritor rápidamente se da cuenta que lo latino está hot (como dicen allá) y que tanto el departamento de español, como los suplementos literarios yanquis, están embalados con el tema. En el cine del pueblo Como agua para chocolate arrasa con la taquilla. Para qué hablar de las estanterías de las librerías, atestadas de "sabrosas" novelas escritas por gente cuyos apellidos son indudablemente hispanos, aunque algunos incluso escriban en inglés.
Tal es la locura latina que el editor de una prestigiosa revista literaria se da cuenta que, a cuadras de su oficina, en pleno campus, deambulan tres jóvenes escritores latinoamericanos. El señor se presenta y, sin más ni más, establece un literary-lunch semanal en la cafetería que mira el río. La idea, dice, es armar un número especial de su prestigiosa revista literaria centrado en el fenómeno latino. Los tres jóvenes (bueno, no tan jóvenes) quedan relativamente extasiados. Se dan cuenta que, sin esfuerzo ni contacto alguno, van a ser publicados en "América" y en inglés. Y sólo por ser latinos, por escribir en español, por haber nacido en Latinoamérica, ese "pueblo al sur de los Estados Unidos", como sentenció el grupo rock Los Prisioneros.
Las cosas agarran prisa y el programa de escritores contacta a gente del departamento de lenguas y arman un taller de traducción. Antes que termine el semestre, los cuentos y trozos de novelas de los tres latinos son entregados al ávido editor. Los otros participantes extranjeros, algunos bastante más establecidos y añosos que los codiciados latin-boys, observan atónitos y asumen que quizás el lugar es el adecuado pero el momento definitivamente no. Adiós a los asiáticos y los centroeuropeos. Welcome all Hispanics.
Pues bien, el editor lee los textos hispanos y rechaza dos. Los que desecha poseen el estigma de "carecer de realismo mágico". Los dos marginados creen escuchar mal y juran entender que sus escritos son poco verosímiles, que no se estructuran. Pero no, el rechazo va por faltar al sagrado código del realismo mágico. El editor despacha la polémica arguyendo que esos textos "bien pudieron ser escritos en cualquier país del Primer Mundo". Esta anécdota es, como dijimos, real aunque los nombres y las nacionalidades fueron omitidas para proteger a los inocentes. Creemos, además, que ilustra el conmovedor grado de ingenuidad de ambas partes interesadas.
Para dejar un registro histórico: ese día, en medio de la planicie del medioeste, surgió McOndo. Su inspiración más cercana es otro libro: Cuentos con Walkman (Editorial Planeta, Santiago de Chile, 1993), una antología de nuevos escritores chilenos (todos menores de 25 años), que irrumpió ante los lectores con la fuerza de un recital punk. Ese libro, que ya lleva más de diez mil ejemplares vendidos sólo en el territorio chileno, fue compilado por nosotros dos a partir de los trabajos de los jóvenes que asistían a los talleres literarios que ofrecía la Zona de Contacto, un suplemento literario-juvenil que aparece todos los viernes en el diario El Mercurio de Santiago. Como dice la franja que anuncia la cuarta edición, la moral walkman es "una nueva generación literaria que es post-todo: post-modernismo, post-yuppie, post-comunismo, post-babyboom, post-capa de ozono. Aquí no hay realismo mágico, hay realismo virtual".
David Toscana, representante de México en Iowa, leyó el libro y tuvo la idea de armar un Cuentos con Walkman internacional. Aceptamos el desafío y decidimos, a diferencia del primero, incluirnos en el libro. Quizás no hay excusas pero aquí estamos. Ya que íbamos a estar detrás, por qué no adentro también.
Aunque por momentos sentimos que no íbamos a ninguna parte, al final llegamos a la meta. Como todo libro que vale, McOndo es incompleto, parcial y arbitrario. No representa sino a sus participantes y ni siquiera. Es nuestra idea, nuestro volón. Sabemos que muchos leerán este libro como una tratado generacional o como un manifiesto. No alcanza para tanto. Seremos pretenciosos, pero no tenemos esas pretensiones.
Como en todo acto creativo, lo más entretenido (y agotador) fue coordinar y encontrar a los autores que cabían dentro del canon preestablecido. El primer desafío de muchos fue conseguir una editorial que confiara en nosotros, nos convidara infraestructura y redes de comunicación y, por sobre todo, nos asegurara una distribución por toda Hispanoamérica para así tratar de borrar las fronteras, que hicieron de esta antología no sólo una recopilación sino un viaje de descubrimiento y conquista. No fue fácil puesto que tuvimos que atravesar una maraña de burocracia y mala fe, además de erradas ideologías de distribución, increíbles aranceles y simple desidia. En todas las capitales latinoamericanas uno puede encontrar los best-sellers del momento o autores traducidos en España, pero ni hablar de autores iberoamericanos.
Simplemente no llegan. No hay interés. Recién ahora algunas editoriales se están dando cuenta que eso de escribir en un mismo idioma aumenta el mercado y no lo reduce. Si uno es un escritor latinoamericano y desea estar tanto en las librerías de Quito, La Paz y San Juan hay que publicar (y ojalá vivir) en Madrid. Cruzar la frontera implica atravesar el Atlántico.
Como en toda antología que se precie de tal, la elección de quienes participan en este libro es dudosa, antojadiza y teñida del favoritismo que se le tiene a los amigos. En McOndo hay mucho de esto; no podía ser de otra manera.
A pesar de las maravillas de la comunicación, el país desde donde surge esta antología sigue estando entre el cerro y el mar. La comunicación con el exterior, por lo tanto, fue difícil, atrasada, escasa, y surgió a un ritmo más lento del que esperábamos. Los contactos existían, pero más a nivel de amistad en países como Argentina, España y México. El resto del continente era territorio desconocido, virgen. No conocíamos a nadie. Llegamos a pensar que América Latina era un invento de los departamentos de español de las universidades norteamericanas. Salimos a conquistar McOndo y sólo descubrimos Macondo. Estábamos en serios problemas. Los árboles de la selva no nos dejaban ver la punta de los rascacielos.
No conocíamos siquiera un nombre en muchos de los países convocados. Nos topamos con panoramas como que los libros de ciertas estrellas literarias no estaban disponibles en el país fronterizo. Los suplementos literarios de cada una de las capitales no tenían ni idea de quienes eran sus autores locales. Podíamos escribir en el mismo idioma, tener la misma edad y las antenas conectadas, pero aún así no teníamos idea quiénes éramos.
Cuando decidimos lanzar nuestras señales de humo recurrimos a todo lo imaginable: amigos, enemigos, corresponsales extranjeros, editores, periodistas, críticos, rockeros en gira, auxiliares de vuelo, mochileros que salían de vacaciones. Recurrimos al fax, a DHL, a la incipiente Internet. Apostamos por el correo tradicional (estampillas con la cara de próceres muertos) y el correo electrónico (bits, no átomos) y abusamos del teléfono (usamos discado directo, cambiamos varias veces de carrier dependiendo de las ofertas del mes y nos aprendimos todos los códigos de los países).
Poco a poco, comenzó a aparecer eso que sabíamos que existía, aunque estaba oculto en auto-publicaciones de segunda o ediciones de pocos ejemplares. De alguna manera comprobamos que el fenómeno editorial joven en Latinoamérica es irregular, a veces mezquino y en la mayoría de los casos, sufrido. La mayoría de los textos que recibimos eran ediciones feas, publicadas con esfuerzo y con poca resonancia entre sus pares.
El criterio de selección entonces se centró en autores con al menos una publicación existente y algo de reconocimiento local. Esta opción algo severa descalificó a ciertos autores y países de un brochazo. Exigimos, además, cuentos inéditos. Podían versar sobre cualquier cosa. Tal como se puede inferir, todo rastro de realismo mágico fue castigado con el rechazo, algo así como una venganza de lo ocurrido en Iowa.
El gran tema de la identidad latinoamericana (¿quienes somos?) pareció dejar paso al tema de la identidad personal (¿quién soy?). Los cuentos de McOndo se centran en realidades individuales y privadas. Suponemos que ésta es una de las herencias de la fiebre privatizadora mundial. Nos arriesgamos a señalar esto último como un signo de la literatura joven hispanoamericana, y una entrada para la lectura de este libro. Pareciera, al releer estos cuentos, que estos escritores se preocuparan menos de su contingencia pública y estuvieran retirados desde hace tiempo a sus cuarteles personales. No son frescos sociales ni sagas colectivas. Si hace unos años la disyuntiva del escritor joven estaba entre tomar el lápiz o la carabina, ahora parece que lo más angustiante para escribir es elegir entre Windows 95 o Macintosh.
La decisión final tuvo que ver con los gustos de los editores y la editorial, además de las presiones de ciertos agentes literarios, la cambiante geopolítica (nos tocó guerras y relaciones diplomáticas tensas), el azar de los contactos y eso que se llama suerte. Hay autores vagando por el continente y la península que tuvimos que rechazar porque ya teníamos muchos representantes de ese país (Argentina, México, España) o porque la demanda excedió la oferta. Otros autores representativos están ausentes porque no pudieron llegar a tiempo, estaban bloqueados o no tenían nada que ofrecer. Existen, por cierto, muchos países que faltan y deberían estar presentes. Hicimos lo posible.
Reconocemos nuestra incapacidad. A lo mejor sí debimos viajar por cada uno de los países pero no tuvimos ni el presupuesto ni el tiempo. Quizás confiamos demasiado en las embajadas y en los agregados culturales que, dicho sea de paso, fueron incapaces de ayudarnos. Una embajada dijo que sólo había poetas en su país (lo que resultó ser falso) y en otra nos aseguraron que el autor más joven de su territorio era un chico de 48 años que, para más remate, era inédito.
No nos cabe duda que cuando este libro se edite, vamos a encontrarnos con la ingrata sorpresa de que un autor McOndiano está dando mucho que hablar y ni siquiera sabíamos que existía. Son los riesgos que uno corre. Casi todos los autores aquí incluidos son absolutos desconocidos fuera de su país. Y muchos son apenas conocidos en su propia casa. Así y todo, pensamos que la muestra es grande, variada y comulga absolutamente con nuestro criterio de selección.
Sabemos que hay carencias y errores, pero también hay aciertos y sorpresas. estamos consientes de la presencia femenina en el libro. ¿Por qué? Quizás esto se debe al desconocimiento de los editores y a los pocos libros de escritoras hispanoamericanas que recibimos. De todas maneras, dejamos constancia que en ningún momento pensamos en la ley de las compensaciones sólo para no quedar mal con nadie.
Optamos por establecer una fecha de nacimiento para nuestros autores que nos sirviera de colador y acotara una experiencia en común. Nos decidimos por una fecha que fuera desde 1959 (que coincide con la siempre recurrida revolución cubana) a 1962 (que en Chile y en otros países, es el año en que llega la televisión). La mayoría, sin embargo, nacieron algún tiempo después.
Otra cosa en que nos fijamos: todos los escritores recolectados han publicado antes de los treinta con un relativo éxito. Han creado polémicas, revueltas y exageraciones críticas con lo que escriben. Sobre el título de este volumen de cuentos no valen dobles interpretaciones. Puede ser considerado una ironía irreverente al arcángel San Gabriel, como también un merecido tributo. Más bien, la idea del título tiene algo de llamado de atención a la mirada que se tiene de lo latinoamericano. No desconocemos lo exótico y variopinta de la cultura y costumbres de nuestros países, pero no es posible aceptar los esencialismos reduccionistas, y creer que aquí todo el mundo anda con sombrero y vive en árboles. Lo anterior vale para lo que se escribe hoy en el gran país McOndo, con temas y estilos variados, y muchos más cercano al concepto de aldea global o mega red.
El nombre (¿marca-registrada?) McOndo es, claro, un chiste, una sátira, una talla. Nuestro McOndo es tan latinoamericano y mágico (exótico) como el Macondo real (que, a todo ésto, no es real sino virtual). Nuestro país McOndo es más grande, sobrepoblado y lleno de contaminación, con autopistas, metro, tv-cable y barriadas. En McOndo hay McDonald´s, computadores Mac y condominios, amén de hoteles cinco estrellas construidos con dinero lavado y malls gigantescos.
En nuestro McOndo, tal como en Macondo, todo puede pasar, claro que en el nuestro cuando la gente vuela es porque anda en avión o están muy drogados. Latinoamérica, y de alguna manera Hispanoamérica (España y todo el USA latino) nos parece tan realista mágico (surrealista, loco, contradictorio, alucinante) como el país imaginario donde la gente se eleva o predice el futuro y los hombres viven eternamente. Acá los dictadores mueren y los desaparecidos no retornan. El clima cambia, los ríos se salen, la tierra tiembla y Don Francisco coloniza nuestros inconscientes.
Existe un sector de la academia y de la intelligentsia ambulante que quieren venderle al mundo no sólo un paraíso ecológico (¿el smog de Santiago?) sino una tierra de paz (¿Bogotá?, ¿Lima?). Los más ortodoxos creen que lo latinoamericano es lo indígena, lo folklórico, lo izquierdista. Nuestros creadores culturales sería gente que usa poncho y ojotas. Mereces Sosa sería latinoamericana, pero Pimpinela, no. ¿Y lo bastardo, lo híbrido? Para nosotros, el Chapulín Colorado, Ricky Martin, Selena, Julio Iglesias y las telenovelas (o culebrones) son tan latinoamericanas como el candombe o el vallenato.
Hispanoamérica está lleno de material exótico para seguir bailando al son de El cóndor pasa o Ellas bailan solas de Sting. Temerle a la cultura bastarda es negar nuestro propio mestizaje. Latinoamérica es el teatro Colón de Buenos Aires y MacchuPichu, Siempre en Domingo y Magneto, Soda Stereo y Verónica Castro, Lucho Gatica, Gardel y Cantinflas, el Festival de Viña y el Festival de Cine de La Habana, es Puig y Cortázar, Onetti y Corín Tellado, la revista Vuelta y los tabloides sensacionalistas.
Latinoamérica es, irremediablemente, MTV latina, aquel alucinante consenso, ese flujo que coloniza nuestra conciencia a través del cable, y que se está convirtiendo en el mejor ejemplo del sueño bolivariano cumplido, más concreto y eficaz a la hora de hablar de unión que cientos de tratados o foros internacionales. De paso, digamos que McOndo es MTV latina, pero en papel y letras de molde.
Y seguimos: Latinoamérica es Televisa, es Miami, son las repúblicas bananeras y Borges y el Comandante Marcos y CNN en español y el Nafta y Mercosur y la deuda externa.
Vender un continente rural cuando, la verdad de las cosas, es urbano (más allá que sus sobrepobladas ciudades son un caos y no funcionen) nos parece aberrante, cómodo e inmoral.
El trasfondo tras la ilusión del realismo mágico para la exportación (que tiene mucho de cálculo) lo aclara el poeta chileno Oscar Hahn en una introducción a una antología de cuentos ad-hoc:
"Cuando en 1492 Cristóbal Colón desembarcó en tierras de América fue recibido con gran alborozo y veneración por los isleños, que creyeron ver en él a un enviado celestial. Realizados los ritos de posesión en nombre de Dios y de la corona española, procedió a congraciarse con los indígenas, repartiéndoles vidrios de colores para su solaz y deslumbramiento. Casi quinientos años después, los descendientes de esos remotos americanos decidieron retribuir la gentileza del Almirante y entregaron al público internacional otros vidrios de colores para su solaz y deslumbramiento: el realismo mágico. Es decir, ese tipo de relato que transforma los prodigios y maravillas en fenómenos cotidianos y que pone a la misma altura la levitación y el cepillado de dientes, los viajes de ultratumba y las excursiones al campo".
Lo que nosotros queremos ofrecerle al público internacional son cuentos distintos, más aterrizados si se quiere, de un grupo de nuevos escritores hispanoamericanos que escriben en español, pero que no se sienten representantes de alguna ideología y ni siquiera de sus propios países. Aun así, son intrínsecamente hispanoamericanos. Tiene ese prisma, esa forma de situarse en el mundo.
En estos cuentos hay más cepillado de dientes y excursiones al campo (bueno, al departamento o al centro comercial) que levitaciones, pero pensamos que se viaja igual. Los autores incluidos en McOndo son, como ya lo hemos reiterado (y lamentado) levemente conocidos en sus respectivos países. Esto tiene su lado positivo puesto que no tienen una reputación internacional que proteger. No sienten, como escribió el crítico David Gallagher en el suplemento literario TLS de Londres, "la necesidad de sumergirse en las aguas de lo políticamente-correcto. Puesto que no tienen la ventaja de vivir afuera, difícilmente sabrían qué elementos usar para escribir una novela políticamente correcta".
Es cierto que no todos los autores antologados viven dentro de sus países (aunque muchos tienen la intención de regresar y pronto); aún así, estos escritores han producido textos que fueron escritos desde el interior para lectores internos. Como bien acota Gallagher, refiriéndose específicamente al caso de Chile, "no le están escribiendo a una galería internacional, por lo tanto, no tienen que mantener el status-quo del estereotipo de cómo debe o no debe ser el retrato (de Hispanoamérica) para la exportación".
España, en tanto, está presente porque nos sentimos muy cercanos a ciertos escritores, películas y a una estética que sale de la península que ahora es europea, pero que ya no es la madre patria. Los textos españoles no poseen ni toros ni sevillanas ni guerra civil, lo que es una bendición. Los nuevos autores españoles no sólo son parte de la hermandad cósmica sino son primos muy cercanos, que a lo mejor pueden hablar raro (de hecho, todos hablan raro y usan palabras y jergas particulares) pero están en la mismo sintonía. La pregunta que inició la búsqueda de este libro fue si estábamos en presencia de algo nuevo, de una nueva literatura o de una nueva perspectiva para ver la literatura. Pregunta que parece ser el afán de toda nueva horneada de escritores. Las respuestas después de tener el libro terminado fueron sólo dudas. Como es típico, lo más interesante, novedoso y original no está en la primera línea del mercado y aún menos entre el oficialismo literario.
El verdadero afán de McOndo fue armar un red, ver si teníamos pares y comprobar que no estábamos tan solos en ésto. Lo otro era tratar de ayudar a promocionar y dar a conocer a voces perdidas no por antiguas o pasadas de moda, sino justamente por no responder a los cánones establecidos y legitimados.
Comprobamos que cada escritor ha elegido el camino que más le acomodaba, con los temas que consideraba más adecuados. ¿Trabajo inútil entonces? Creemos que no: debajo de la heterogeneidad algo parece unir a todos estos escritores, y a toda a una generación de adultos recientes. El mundo se empequeñeció y compartimos una cultura bastarda similar, que nos ha hermanado irremediablemente sin buscarlo.
Hemos crecido pegados a los mismos programas de la televisión, admirado las mismas películas y leído todo lo que se merece leer, en una sincronía digna de considerarse mágica. Todo esto trae, evidentemente, una similar postura ante la literatura y el compartir campos de referencias unificadores. Esta realidad no es gratuita. Capaz que sea hasta mágica.

Santiago de Chile, marzo 1996

* Prólogo libro McOndo (una anotología de nueva literatura hispanoamericana). Ed. Gijalbo-Mondadori/Barcelona 1996

McOndo y otros mitos
Diana Palaversich

La página en la red de Alberto Fuguet, fuguet.com, dice lo siguiente: “Alberto Fuguet nació en Chile en 1964, pero se crió en Encino, California. Su lengua materna es el inglés. A los 11 años fue trasladado de vuelta a Santiago... En 1999, la revista Time y CNN lo eligieron como uno de los 50 líderes latinoamericanos del nuevo milenio.” Estas credenciales nos obligan a lanzar una mirada más detenida a este personaje que desde la publicación de la antología McOndo (Mondadori-Grijalbo, Barcelona, 1996) y la antología más reciente, Se habla español. Voces latinas en USA (Alfaguara, Miami, 2000), se erige como uno de los promotores culturales más conocidos pero también más controvertidos de la América Latina del momento.
Lo que intenta hacer Fuguet - junto con sus co-antologadores, el chileno Sergio Gómez, en el caso de McOndo, y el boliviano Edmundo Paz Soldán en Se habla español - es una tarea, a primera vista, digna de admiración. Hartos de ver la literatura del continente todavía dominada por un puñado de escritores del “boom” y del “post-bom”, Fuguet y Gómez prometen “dar a conocer a voces perdidas no por antiguas o pasadas de moda, sino justamente por no responder a los cánones establecidos y legitimados”. Sin embargo, entre su promesa, por cierto elogiable, y lo que de hecho ocurre en ambas antologías hay un abismo considerable obvio en los prólogos de ambos textos, los cuales, particularmente en el caso de McOndo, funcionan como el manifiesto literario de una emergente “generación” de escritores latinoamericanos - y es importante señalar, también los españoles - nacidos entre 1959 y 1971. Ambos prólogos revelan la postura político-cultural de los antologadores y enmarcan los dos libros de una manera ideológica particular, que en el caso de McOndo, Fuguet y Gómez ingenuamente definen como “apolítica”.
El prólogo de McOndo, cuyo título juega irónicamente con Macondo de García Márquez como también apunta a McDonald’s y MacIntosh, revela que una de las principales intenciones de sus antologadores es ajustar cuentas a lo que consideran conceptos sagrados de la cultura latinoamericana: el realismo mágico como paradigma literario del continente; el proyecto político de la izquierda que consideran pasé y de mal gusto y el concepto de la cultura autóctona basada en la tradición indígena. De hecho la rebelión en contra del realismo mágico constituye el eje central de su postura y es por esto que McOndo no incluye ni un sólo cuento perteneciente a este género. En su crítica apasionada del realismo mágico los antologadores cometen un error básico y torpe: confunden la literatura que se escribe en América Latina - donde la veta mágicorrealista es minoritaria y casi insignificante hoy en día - y la literatura latinoamericana que se vende con más éxito en el mercado occidental, ésta, sí, dominada por el realismo mágico que perpetúa la imagen de un continente exótico y subdesarrollado. Y lo que es peor, borran toda diferencia entre los maestros del género como Rulfo, García Márquez o Carpentier y sus emuladores tipo Isabel Allende o Laura Esquivel quienes astuta y cínicamente explotan el género, cocinando best-sellers que arrojan excelentes dividendos.
Fuguet y los llamados “macondistas” rechazan ese Macondo pobre y exótico como una imagen falsa de América Latina que se vende al mundo, y en su lugar instalan un McOndo (post)moderno lleno de shopping malls, condominios de lujo, McDonald’s y computadoras Mac. El incluir esta otra América próspera no es de por sí un problema puesto que ésta existe, aunque cabe enfatizar para una minoría de la población del continente, mientras que su vasta mayoría todavía viven en un Macondo injusto, pobre y folclórico. Lo que es necesario criticar no es la creación del país McOndo sino la arrogancia con la cual los antologadores y cuentistas, hijos de clases altas o media altas, presentan su realidad como la única realidad relevante del continente. En este sentido se puede decir que los antologadores pecan del mismo reduccionismo del cual acusan a los mágicorrealistas vinculados ‘naturalmente’ con el proyecto de la izquierda, porque son ahora los macondistas los que venden una imagen del continente que coincide con aquélla promulgada por los gobiernos neoliberales a lo largo de América Latina: basta con acordarse del México del primer mundo de los discursos de Salinas Gortari y Fox Quezada o del “milagro chileno” del gobierno anterior a Lagos.
Otros dos ‘pecados’ cometidos por los antologadores son los siguientes. Se autorrepresentan como escritores que subvierten el canon de la literatura latinoamericana - que equivocadamente definen como mágicorrealista - y presentan la temática que domina en los cuentos antologados: aburrimiento, spleen, drogas, fiestas, música rock, sexo, suicidio etc. como una novedad en las letras del continente. Se olvidan que la misma temática – con la excepción de dos únicos temas novedosos que introducen, el Sida y los personajes gay - constituía el dominador común de la literatura canónica de otras épocas: la literatura existencialista y la “literatura del balneario” del Cono Sur de los 60; la “onda” mexicana, para citar sólo unos ejemplos.
El segundo pecado, aún más grave en cuanto socava toda pretensión a la (post)modernidad y el primermundismo de los antologadores es la total ausencia de mujeres como escritoras de cuentos. Anticipando las críticas, Fuguet y Gómez explican lacónicamente esta omisión señalando que “no recibieron nada valioso escrito por mujeres” y que McOndo no pretende ser “políticamente correcto”. Con este machismo virulento - evidente en la exclusión de mujeres como autoras pero sí su inclusión como personajes, sin excepción frívolos y superficiales - los macondistas demuestran que no sólo no avanzaron con relación a sus ‘padres literarios’ contra los cuales se rebelan, sino que sufren un retroceso, demostrando que su pretendida (post)modernidad y coolness no afectan la relación entre los sexos opuestos.
Si en McOndo se han podido criticar a los antologadores por excluir completamente las voces femeninas y por incluir a los escritores españoles pero no las voces latinas en Estados Unidos - más numerosas y más relevantes vis-a-vis América Latina contemporánea - la más reciente compilación Se habla español. Voces latinas en USA parece subsanar estas dos omisiones importantes. Entre 36 escritores figuran 6 mujeres – pocas, pero algo es algo - y el subtítulo nos dice que aquí sí que vamos a leer las voces latinas en Estados Unidos. Desgraciadamente el título y el subtítulo no tienen nada que ver con el contenido de la antología. Entre las 36 voces incluidas hay sólo 14 voces latinas, es decir aquellas que pertenecen a la gente de origen latinoamericano nacida o residente en Estados Unidos. Otras 22 pertenecen a los autores que viven en América Latina y cuya vasta mayoría no ha vivido nunca en el Norte. Para el colmo, entre los 14 autores latinos, con excepción del domínico-americano Junot Díaz, no se encuentra ni una sola voz prominente de los cuentistas chicanos, cubanos o neorriqueños, para mencionar sólo estos tres grupos numérica y culturalmente más representados en el mercado cultural estadounidense, pero sí figuran como las voces latinas aquellas de los mexicanos Volpi, Padilla, Conde, Bellatin, Yehya etc. Nos preguntamos si esta tremenda metida de pata se debe a la ignorancia o a la arrogancia de los antologadores que ya ha provocado y sigue provocando la bien merecida ira de los escritores latinos en Estados Unidos. No por el resentimiento, debido al hecho de no estar incluidos, sino por el aura de soberbia que rodea este libro en el cual un boliviano – quien hace sólo unos años vive en Estados Unidos y un chileno – aunque sea gringófilo y su primera lengua sea el inglés, como reza orgullosamente su página web – vienen a Estados Unidos a “descubrir” las voces latinas en este país, pero lo que producen al fin de cuentas es una antología que no es representativa ni de la escritura latinoamericana ni de la latina del momento.
Pero si uno se olvida del título, en el cual los antologadores junto con la editorial, pecan de lesa lógica y conducen por un sendero equivocado a muchos lectores y periodistas que escribieron la reseña del libro dando por sentado que la totalidad de los escritores incluidos residen en Estados Unidos, y si uno empieza a escarbar en el prólogo muchas veces contradictorio del libro, es posible desentrañar sus otros propósitos, menos siniestros. Se nos dice que la idea era “narrar la diversidad de la experiencia latinoamericana en USA” e invertir toda una tradición literaria anglo - en la cual los escritores del Norte escriben sobre los paraderos exóticos del mundo subdesarrollado y postcolonial - y sustituirla por un viaje al revés, donde los sureños escriben sobre su sentimiento de verse seducidos, atrapados o perdidos en Estados Unidos, un lugar tan maravilloso y exótico como la América Latina imaginada por los norteamericanos. Si este era el propósito verdadero del libro éste debería haber tenido un título diferente que reconociera estos objetivos. Uno no puede sino preguntarse el por qué de este título pretencioso y equivocado y especular si quizás se deba a una hábil maniobra comercial de Alfaguara que por primera vez publica en Estados Unidos en español, y cuyo objetivo es crear la polémica para vender más copias en un mercado en el cual hay más de 30 millones de personas de origen hispano pero no existe un público lector substancialmente numeroso acostumbrado a leer en español.
Además de los argumentos mencionados, el libro parece tener otra motivación, conforme con la globalización, el discurso hegemónico del momento. Mientras que los antologadores de McOndo demostraron su afinidad con la política del neoliberalismo, Fuguet y Paz Soldán demuestran en el prólogo de Se habla español su perfecto acuerdo con la versión optimista de la globalización según la cual vivimos en un mundo donde las fronteras desaparecen, donde no existen dos Américas una con y otra sin acento, sino un solo continente en el cual “cada día más, nos estamos mezclando y fusionando.” Proponer la existencia de una sola América no es algo nuevo, para citar solo un ejemplo, la organización ultraburocrática, OEA, ya desde hace mucho tiempo ha propuesto el concepto de una América que se extiende desde Canadá hasta Tierra del Fuego. Sin embargo, entre la propuesta optimista y la realidad de las dos Américas existe un abismo insondable. Las fronteras geopolíticas del mundo, incluyendo la más cercana entre México y Estados Unidos, se refuerzan cada vez más y no se disuelven creando un mundo híbrido y juguetón en el cual - según nos aconsejan los discursos del postmodernismo y de la globalización - se borran las diferencias entre el primer y el tercer mundo, entre el centro y la periferia. La diferencia entre anglos, latinos y latinoamericanos negada en el prólogo, se confirma sorprendentemente en la vasta mayoría de los cuentos que demuestran una relación sumamente problemática con la América sin acento, caracterizada por el sentido de diferencia, otra edad y desdén de los protagonistas que relatan su experiencia americana.
Estas son algunas de las varias contradicciones que existen entre el título, el prólogo y los cuentos. Añadiremos una más de suma importancia: la aseveración de los antologadores evidente en la primera parte del título del libro que nos dice que en Estados Unidos se habla español. Cabe preguntarse sobre el sentido de esta frase cuando la mayoría de los autores incluidos viven en América Latina y vaya sorpresa ¡escriben en español! Ni hablar del hecho de que los textos de los pocos latinos incluidos (Paternostro, Stavans, Quiñonez y Díaz) fueron originalmente escritos en inglés, “como sign of things to come” [“como signo de los tiempos que vienen”], dicen los antologadores crípticamente. Pero si las voces latinas en EE.UU. hablan y escriben en inglés (a veces en spanglish) - se puede decir sin miedo a exagerar que los mejores autores latinos en Estados Unidos, lamentablemente no incluidos en la antología, escriben en inglés - toda la herramienta ideológica que sustenta el libro se derrumba.
El esfuerzo de Fuguet de compilar textos, promover autores menos conocidos – unos muy buenos y otros no tan buenos - unir primero América Latina y luego las dos Américas en un ímpetu panlatino, es sin duda respetable. Sin embargo, el problema en ambos casos yace no en la naturaleza de los textos escogidos, sino en cierta actitud arrogante de Fuguet en cuanto antologador común de los textos. Primero, presenta el país McOndo como una realidad privilegiada de América Latina donde las multitudes participan en los rituales de consumo de los productos norteamericanos que automática y mágicamente les convierten en habitantes simbólicos del Planeta USA. Segundo, en Se habla español pasa el gato por la liebre al presentar la literatura latinoamericana como latina. Al fin de cuentas se puede decir que este privilegiado líder entre los 50 latinoamericanos nombrados por Times y CNN nos ofrece una visón tergiversada y confusa de América Latina y Estados Unidos y a veces nos deja la sensación de estar más interesado en promoverse a sí mismo que a los cuentos y los autores que compila.

lunes, febrero 15, 2010

¿Puro Bolaño?

Bolaño en su estudio, donde no escribió El Tercer Reich.

En el mes de marzo de 2009, en una entrada titulada Bolaño: Suma y sigue, habíamos expresado nuestra opinión ante la oleada de Bolaños inéditos que amenazaba con inundar el mercado editorial, luego del acuerdo entre la viuda del buen Roberto y Andy Wylie, el implacable "Chacal" de la mercadotecnia en negro sobre blanco. Ahora la amenaza se ha materializado y ya algunos sitios celebran la aparición del “ultimo Bolaño”. Así lo hace la página de El informador que, en forma por demás sospechosa, coincide con uno de los blogs que se ha convertido en mediocre caja de resonancia de los mercadócratas librescos: El lamento de Portnoy al calificar El Tercer Reich como “puro Bolaño”. Ante estas coincidencias cabe preguntarse quién tendrá la paternidad sobre un lema tan gastado; pero mejor entren a esas páginas y disfruten, antes de leer la novela, de la incuestionable habilidad de tales publicistas, quienes no escatiman esfuerzos en su carrera por “mercadear” esta “novela temprana de Bolaño” siguiendo el patrón utilizado por el sistema de los “prequel” gringos.

martes, enero 19, 2010

El Museo de la Inocencia. Orhan Pamuk


Un buen amigo, historiador y ex ministro de Cultura para más señas, me sugería que en El Museo de la Inocencia, Pamuk plantea como “moraleja” (sic) “el reconocimiento de ese momento de nuestra vida en que somos más felices”. Creo que quizás tiene algo de razón, pero el asunto se plantea en realidad como un leit motiv, que se instala en la narración desde el capítulo 1: “El momento más feliz de mi vida”, asociado a la pérdida de un pendiente, que Füsun reclama a su amante con la misma frase que repetirá - abriendo enormemente sus ojos- en el número 17: “Por favor tráemelo mañana, no lo olvides…Tiene mucha importancia para mí”. El capítulo se titula: “Ahora mi vida entera está unida a la tuya”, del cual me permito transcribir su parte medular, donde además podemos inferir la razón del título de la novela:

“En realidad nadie sabe que está viviendo el momento más feliz de su vida mientras lo vive. Puede que haya quienes piensen o digan sinceramente (y a menudo) en ciertos momentos de entusiasmo que están viviendo “ahora” ese instante dorado de sus vidas, pero, a pesar de todo, con parte de su alma creen que más adelante vivirán momentos más hermosos y más felices. Porque, especialmente en la juventud, de la misma forma que nadie puede seguir viviendo si piensa en que a partir de ese momento todo va a ir a peor, si uno es tan dichoso como para imaginarse que vive el momento más feliz de su vida, es lo bastante optimista como para pensar que el futuro también será hermoso.
Pero en los días en que sentimos que nuestra vida, como si fuera una novela, ha adquirido por fin su forma definitiva, podemos percibir y seleccionar, como hago yo ahora, cuál ha sido nuestro momento más feliz. Explicar por qué escogemos ese momento concreto de entre todos los que hemos vivido requiere que narremos de nuevo nuestra historia como una novela, por supuesto. Pero también sabemos que en cuanto señalemos el momento más feliz hará mucho que este habrá quedado en el pasado, que no volverá nunca más y que, precisamente por eso, nos producirá dolor. Y lo único que puede hacernos soportable dicho dolor es poseer algún objeto perteneciente a ese instante dorado. Los objetos que nos quedan de los momentos felices guardan con mucha más fidelidad que las personas que nos hicieron vivir esa dicha el placer de su recuerdo, sus colores, sus impresiones táctiles y visuales.”
(El Museo de la Inocencia, pp. 97-98).

jueves, enero 14, 2010

Rey Rosa y El material humano

Una de las empleadas que trabaja en el famoso Archivo, cuya presencia ominosa sirve de nexo entre lo ficticio y los histórico en El material humano.

Hace unos días vi en Moleskine Literario, el blog de Iván Thays, un comentario sobre la última novela publicada por Rodrigo Rey Rosa, El material humano, informando que había sido elegida por el diario español Público como el Mejor Libro de Ficción del 2009. Debo confesar que he buscado, sin éxito, la nota periodística que da fe de la concesión de tal premio, además me llamó la atención que el narrador y acucioso bloguero peruano revelara que "por un problema logístico" aún no había leído la novela. También recordé que, exactamente un día antes, en La obsesión de Babel recomendamos su lectura, tras afirmar que se trataba de uno de los mejores textos que nos había dejado el año 2009, en contraposición a una listilla elaborada por un tropel de "críticos" contratados por Babelia.
Y precisamente ayer releí algunas de sus páginas, sobre todo aquellas que -mutatis mutandi- revelan (¿o denuncian?) la violencia, cuyo signo oprobioso parece ser el denominador común de las sociedades centroamericanas. En El material humano, a través de uno de los personajes, el doctor Gustavo Novales, quien imparte un cursillo sobre "Violencia, Poder y Política", se dejan caer algunos axiomas inquietantes:
  • "Sólo el ser humano puede ser violento. La depredación de las fieras no implica violencia".
  • "Todo acto de violencia es un acto de poder".
  • "Un estado débil necesita ejercer el terror".
Planteada sobre la base de un diario o serie de anotaciones desprolijas y sin detalle de fechas, la novela asume los modos de la autoficción, pero sin incurrir en los manierismos egocéntricos a lo Vila-Matas, manteniendo un tono ambiguo, lleno de claves personales, alusiones y referencias cruzadas. Como la del escritor hondureño Homero Jaramillo, "que fue "cuadro político" en México de un movimiento guerrillero salvadoreño", quien solicita al narrador (¿Rey Rosa?) una carta de recomendación para un programa de asilo en Canadá, petición a la que este último accede "reciclando" un texto de la siguiente manera:
"this letter is to attest that I am aware that Mr. Jaramillo has been the object of death threats in his country, I am also aware that his very critical views on the political state of affaires in Honduras has made him enemies on all sides..."
(El material humano, p. 76).
Pero si desean tener una idea más aproximada del tono y el contenido de la novela, pueden leer el extracto cedido por la Editorial Anagrama para fines promocionales.

martes, enero 05, 2010

mimalapalabra y la literatura nacional


Desde sus ya lejanos inicios -en el mundo efímero de los medios virtuales un año podría significar una década en el mundo real- mimalapalabra ha hecho del respeto por la literatura, expresado a través de una genuina vocación por la lectura y el análisis, su ars poetica. Y el empecinamiento de sus editores por mantener "el hábito de la carcajada", como legítimo ejercicio de outsiders, le ha otorgado al blog la dosis necesaria de frescura que se requiere para sobrevivir en este brave new world posmoderno, donde han debido romper más de una lanza en los enjutos lomos de algún ingenuo embelesado con el binomio Coelho-Allende y su tropel de infames secuaces.
De los aciertos de mimalapalabra hoy deseo (fíjense que no dije "hoy me apetece", y que también pude decir "hoy quiero" y hubiese sonado bien) destacar dos: primero la Biblioteca mimalapabra, una fuente extraordinaria de textos que el internauta puede "bajar" sin costo alguno, reivindicando el lado robin hood del colectivo, además de su impecable gusto literario, así como las dos secciones que han creado con el propósito de mostrar al mundo lo mejor de la literatura nacional, sus textos más representativos.
El año pasado el intento cuajó en la sección titulada "Torre trunca", dedicada al género poético, y este 2010 acaban de estrenar "El arca", que se dedicará exclusivamente a la narrativa. En ambos casos, la frase "difundir la literatura hondureña debido a su desconocimiento en el extranjero", confirma la firme voluntad de mimalapalabra por estabecer un diálogo nacional-universal, aprovechando una de las vías que mejor define a la aldea global: el hipertexto.
Y el estreno de la sección no pudo ser más auspicioso: el cuento "Desvarío", de Arturo Martínez Galindo, y como valor agregado el internauta puede descargar "Sombra", así como la nota biográfico elaborada por don Oscar Acosta para su edición de los Cuentos completos de AMG.
Una sola precisión: En su versión original, "Desvarío" aparece dedicado a José R. Castro, otro auténtico representante de las letras nacionales.

domingo, diciembre 27, 2009

Babelia y sus tonterías de fin de año


A veces quisiera ser más tolerante, menos irritable, imprimir a mi rostro una sonrisa casi beatífica y saludar con salvas de aplausos cada idea, cada línea, cada párrafo que se produce en el primero o en el cuarto mundo, pero lo cierto es que al ver engendros como la lista de Babelia con los mejores libros del 2009, no puedo menos que indignarme ante la desfachatez (ceguera, tontería, blindaje mental, casticismo a ultranza, podrían ser sinónimos válidos) de los cincuenta críticos que parieron tal entuerto.
Y es que la listilla revela, entre otras cosas, la insistencia de la “crítica española” por colocar a sus autores a la par de los pesos pesados de otras latitudes y, por otra parte, lo cual es no menos preocupante, expresa la política de los dueños de El País orientada a “mercadear” los productos de sus socios editoriales, un hecho que ya ha sido denunciado hasta la saciedad, pero que alcanzó sus niveles más altos con el “caso Echevarría”.
Aunque es odioso repetir el cliché de las comparaciones, me atrevo a proponer algunos títulos publicados en 2009 y ustedes me dirán si no merecen “desbancar” a unos cuantos de la selección babélica: El Museo de la Inocencia (Orhan Pamuk), Fragmentos de un cuaderno manchado de vino (Charles Bukowski), El material humano (Rodrigo Rey Rosa), Gabriel García Márquez. Una vida (Gerald Martin), Papeles inesperados (Julio Cortázar), La reina en el palacio de las corrientes de aire (Stieg Larsson), El insomnio de Bolívar (Jorge Volpi).

viernes, diciembre 25, 2009

Mayra Oyuela habla sobre Tierras del Nunca Más


Mayra Oyuela:
“Los artistas hondureños hemos estado en resistencia siempre, al menos los que representamos la moral y la ética o lo que queda de ella.”

México DF.- En entrevista telefónica desde Tegucigalpa, Mayra Oyuela (1982) da los pormenores de la exposición itinerante Tierras del Nunca Más; la poeta y activista política recién regresó de San Pedro Sula, Trinidad, Copán y Tocoa, para preparar el montaje de las fotografías en la capital hondureña: “La muestra será el próximo 27 de diciembre en el marco de una feria político-cultural en la que estamos trabajando. Es el cierre de nuestra actividad para fin de año y no como celebración, más bien para un recuento de nuestra lucha y de nuestras obligaciones para dar los siguientes pasos dentro de la Resistencia”
“La muestra no sólo contiene imágenes de la represión, también expone los momentos heroicos de la Resistencia, de sus pérdidas, de su sufrimiento, pero sobre todo de la fuerza política que ejercemos. En el caso de Paúl Carbajal, la crudeza de la imagen toma por sorpresa al espectador, la violencia implícita de la represión equilibrada con la puntualidad estética del fotógrafo; Hugo Bautista es un fotógrafo panorámico, hay mucha poesía en la imagen de Hugo; Ariel Sosa, el más joven de los exponentes, tiene una dedicación por el detalle con mucha fineza; Irene Madariaga retrata a la perfección la visión de la mujer en Resistencia, los artefactos militares, en una de sus fotografías, que es un helicóptero en movimiento, se puede percibir las hélices y el zumbido descendiendo, remitiéndonos a los días de mayor represión en las marchas” –apunta Mayra Oyuela- participaron 5 fotógrafos, uno ya no está en Honduras, después de ser detenido y torturado por agentes del ejército, Delmer Membreño vive el exilio en Santiago de Chile.

Autora de los libros de poesía: Escribiéndole una casa al barco (2006) y Puertos de Arribo (2009). Mayra Oyuela es cofundadora de los grupos Paíspoesible y Artistas en Resistencia, precisamente este colectivo autogestionó la exposición fotográfica, que incluirá un libro y 9 postales para utilizarlas en el correo tradicional: “Será paradójico enviar las postales con esas imágenes tan definitivas de la represión con un sello postal de un gobierno de facto que jura no haber violentado los derechos humanos, las imágenes hablan por sí mismas, también deberían de imprimir a Goriletti en una estampilla diciendo: ‘yo no fui’. Ya veremos cuando la Corte Penal Internacional les saque los trapitos al sol, qué hacen los golpistas con sus estampillas y sellos”

MC.-Mayra, ¿qué viste y viviste durante la gira de la exposición fotográfica Tierras del Nunca Más?, a grandes rasgos, ¿cuál era el entorno y las historias de los lugares donde pernoctaron?
MO.- Es difícil hablar a grandes rasgos de lo que viví en las ciudades destinadas para la muestra fotográfica Tierras del Nunca Más, pero hay testimonios que nunca podré olvidar, la solidaridad y lo que compartimos con la gente en Resistencia esos días y noches. Se me viene a la mente el caso de Doña Rosalina Macoto una mujer de 60 años, agricultora y activista de la resistencia de San Pedro Sula, Doña Rosalina me contaba de su huerto de tomates y de todos sus días de lucha bajo el sol y la lluvia, de todos sus años de sobrevivencia, me dijo: “Yo les hablo a mis tomates con la esperanza de ver sus frutos, les digo ustedes deben resistir y crecer, ustedes son como la Resistencia, y cuando obtuve mi primer cosecha -comentó- yo los he compartido con mis compañeros y compañeras en las marchas”. Ella los llama Tomates de la Resistencia -“este ha sido mi pequeño aporte” -me dijo. En Trinidad (Santa Bárbara) no puedo olvidar a los niños que visitaban la muestra, llegaban docenas de ellos y la noche de la quema de chimeneas gigantes con las figuras de Goriletti sin su oreja izquierda -por esa oreja él no puede escuchar-, del Cardenal diabólico Oscar Rodríguez, La maquina golpista y el gigantesco Tío Sam tratando de aplastas al puño del pueblo; los mismos niños, pequeños revolucionarios, daban palo y fuego a la oligarquía de facto representada en las grandes esculturas de papel, ese es el signo pensé, mientras los niños parecían arder entre el humo y las chispas, ellos acabaron hasta con las cenizas, nada quedó de las chimeneas, así como nada quedará en el inventario de sus recuerdos del legado arbitrario de este gobierno de facto. De Tocoa (Colón), recuerdo recibir la noticia de que el Presidente Manuel Zelaya abandonaría la Embajada de Brasil, en medio de un circo revelado por los medios golpistas; vimos el cierre de un canal de Tocoa por dar cobertura a la muestra fotográfica y a una señora decirme que agradecía lo que hacíamos, que ahora no sólo se hablará de la belleza de las armas en Tocoa, que de ahora en adelante también se hablará de la belleza en la cultura.

MC.-El poeta Samuel Trigueros escribió un par de crónicas sobre el recorrido, además sé que la artista visual Lucy Argueta los acompañó; ¿qué impresiones quedaron fuera de lo poco que leímos sobre la gira fotográfica?, ¿a su vez ustedes tomaron fotos de la gente que se miraba al mirar las fotos del holocausto hondureño?
MO.- Tendríamos que escribir un libro de los comentarios dejados por los visitantes a la muestra, además de nuestra experiencia vivida de ciudad en ciudad, viajábamos de madrugada, como ánimas. La muestra la pensamos en un material resistente tanto para espacios cerrados como abiertos, cabía en unas cuantas cajas que sumadas unas con otras dentro de una bolsa negra aparentaban un ataúd, ocupaban muy poco espacio, tomando en cuenta el tamaño de las fotos y la cantidad. La afluencia de personas de todas partes se hizo presente, incluso gente de lugares aislados, personas de otras ciudades salían desde tempranas horas para acudir a la muestra. Los días y las horas resultaron pocos para poder dar oportunidad a todos los que querían verla; recibimos peticiones para llevarla a otros sitios, lamentablemente no contamos con suficiente presupuesto para llevarla a todas las ciudades que la solicitan y en efecto habían muchos de los visitantes que decían mientras miraban las fotos: “yo estuve allí”, “estábamos a unos cuantos metros cuando Isis Obed murió”, “yo también caminé con los copines hacia la frontera con Nicaragua el día que Zelaya quiso cruzar”, “Malditos golpistas cómo destruyeron nuestro país” “en ese avión iba nuestro Presidente”, “yo también corrí pero siempre me alcanzaron los muy hijos de puta”, “igual a mí me reprimieron ese día”, “yo también formo parte de la resistencia de barrios”, “nosotros también cantamos esa noche con Los Guaraguao”, “debemos continuar, somos más”; y así muchos cometarios en medio de la rabia y las lágrimas, todos revivían el sufrimiento, pero también la esperanza de conquistar nuevamente lo que por derecho nos corresponde, una Patria, una vida digna, la reconstrucción de una nueva democracia, con miras hacia el bienestar del pueblo como prioridad.

MC.-El fotógrafo Delmer Membreño fue secuestrado y torturado por el ejército hondureño, en la actualidad vive exiliado en Santiago de Chile, ¿qué otras historias hay detrás del lente?, ¿y del frente de Resistencia en las marchas?
MO.- El trabajo de Delmer Membreño es parte fundamental de la muestra, sus fotografías retratan a la perfección el simbolismo de nuestra lucha, al igual que los demás fotógrafos, cada uno con una visión estética diferente, la calidad de las fotos es indiscutible, la muestra no sólo contiene imágenes de la represión, también expone los momentos heroicos de la Resistencia, de sus pérdidas, de su sufrimiento, pero sobre todo de la fuerza política que ejercemos. En el caso de Paúl Carbajal, la crudeza de la imagen toma por sorpresa al espectador, la violencia implícita de la represión equilibrada con la puntualidad estética del fotógrafo; Hugo Bautista es un fotógrafo panorámico, hay mucha poesía en la imagen de Hugo; Ariel Sosa, el más joven de los exponentes, tiene una dedicación por el detalle con mucha fineza; Irene Madariaga retrata a la perfección la visión de la mujer en Resistencia, los artefactos militares, en una de sus fotografías, que es un helicóptero en movimiento, se puede percibir las hélices y el zumbido descendiendo, remitiéndonos a los días de mayor represión en las marchas. Cabe destacar que todos son jóvenes y la juventud es el mayor representante de la Resistencia, además de ser la más reprimida y la que más caídos ha sufrido.

MC.-En el colectivo de Artistas en Resistencia militan varios fotógrafos, ¿por qué no participaron en la convocatoria de la expo?, ¿cómo decidieron redactar las reglas del libro: Tierras del Nunca Más?
MO.- Es una política consensuada a pura conciencia y ni siquiera hablada, ya nos damos por entendidos, pese a que dentro del grupo existen la mayoría de las disciplinas artísticas, nuestro trabajo siempre ha sido como colectivo detrás del escenario, aunque a muchos no les parezca así, ese es nuestro modo de trabajar y por ello hemos sufridos pérdidas de recurso humano. Dentro del grupo y de las colaboraciones que tenemos de otros artistas hay muy buenos fotógrafos, pero no es ético ser parte de la muestra al mismo tiempo que del proceso de selección, de la pre-producción y producción de una convocatoria de selección como ésta, aunque el comité de selección fue por colaboraciones externas a las del grupo, nosotros nos mantuvimos al margen de los criterios de selección del comité elegido para esta tarea, por diversas razones éticas y por que conocemos personalmente a la mayoría de los fotógrafos que participarían en la convocatoria, pueblo chico infierno grande.
Además hemos sufrido de muchas intrigas alrededor de nuestros trabajos como gestores y productores de actividades político-culturales, sin embargo eso no nos quita la energía de seguir trabajando y llevando la cultural a esos espacios donde tanta falta hace.

MC.-¿Detallarías la ficha bibliográfica del proyecto Tierras del Nunca más?, ¿cuántos fotógrafos?, ¿cuántas imágenes por cada uno?, ¿número del tiraje?, ¿quién escribió el prólogo?
MO.- Bien, el tiraje del libro será de 1,500 ejemplares, a full color, más el texto de presentación y una memoria desde el 28 de junio a la actualidad, realizada por el escritor, artista visual y licenciado en letras Allan Núñez. Los fotógrafos seleccionados para la muestra y el libro son 5: Ariel Sosa, Delmer Membreño, Hugo Bautista, Irene Maradiaga y Paúl Carbajal. El libro contará con 50 imágenes –las mismas de la muestra itinerante-, más 50 textos alusivos a cada una de las mismas. Las imágenes por fotógrafo son el fruto de selección del comité que se eligió para ello, la cantidad de imágenes por fotógrafo varía, producto del comité de selección, según la historia e importancia de la imagen representada, ya para el contexto de story board de la muestra a la hora del montaje.

MC.-La crítica de arte y literatura Helen Umaña, en entrevista con teleSUR, me dijo: “Las fotografías por sí solas, hablan de la magnitud de lo que está ocurriendo en el país. El cronista del futuro que quiera entender este período no podrá remitirse a los periódicos mentirosos que han ocultado o tergiversado la información”; ante la importancia del archivo fotográfico, ¿circulará el libro en el extranjero?, ¿cómo lo distribuirán en Honduras?, ¿quién es propietario del copyright de la edición?
MO.- Esperamos encontrar los mecanismos puntuales para la distribución del libro, es un tiraje mínimo (1,500 libros) para el público que queremos alcanzar y para lograr el nivel de denuncia, al mismo tiempo de recuperación de la memoria, ¿qué hondureño en resistencia no querrá tener este libro?, ¿qué ciudadano del mundo cociente no querrá obtenerlo? Esperamos que este sea el último Golpe de Estado que ocurra en Latinoamérica, al menos esa es nuestra esperanza y por ello peleamos cada día de nuestras vidas, hemos hecho de cada uno de nosotros una trinchera en contra de las oligarquías y sus políticas medievales, desde aquí intentamos dar una muestra de dignidad ante el mundo, cada uno desde sus propias posibilidades.
Es posible que aquí en Honduras distribuyamos el libro a nivel institucional, con la esperanza de que organismos nacionales e internacionales lo compren para garantizar una nueva reimpresión, pues aquí resulta muy costoso y una nueva gestión para la reimpresión nos tomaría mucho tiempo. El país pasa una grave crisis económica producto del Golpe de Estado y deseamos que cada escuela tengo al menos un ejemplar de las Tierras del Nunca Más.
El copyright del primer tiraje le pertenece a Artistas en Resistencia, con esto esperamos ejecutar futuras actividades, aunque no tenemos la garantía de recuperar el dinero invertido en esta edición y no es esa la meta. Para una nueva reimpresión tendríamos que negociar con los fotógrafos, pues el mérito también es de ellos y les debemos además del agradecimiento, nuestro respeto y sabemos lo difícil de vivir de nuestro arte en este país, peor aun después del Golpe de Estado. Si existiera interés en el extranjero es importante decir que estamos abiertos a todas las posibilidades de apoyo. Lo que nos interesa es contribuir a la memoria visual de esta nueva historia redactada por el propio pueblo hondureño, y si alguna institución internacional quisiera imprimir una nueva edición para distribuirlo gratuitamente sería fantástico, cada casa en resistencia debe tener este libro para enseñar a las futuras generaciones lo que no podemos volver a permitir.

MC.-La dictadura emitió un sello postal con la fotografía del gorila Micheletti, titulada “Presidente de Honduras 28 de junio de 2009 - 27 de enero de 2010”, ¿en respuesta ustedes imprimieron postales para correo tradicional con fotografías de la Resistencia?, ¿pueden ir juntas una postal del Nunca más y una estampilla del dictador?
MO.- A los que no quieran creer a estas alturas la represión a la que ha sido sometida la Resistencia, quisiéramos hacer entrega de la colección de las 9 postales que sacamos, por eso de que -ojos que no ven, corazón que no siente- “ya con los golpistas consumados no se puede hacer nada”. La conciencia social nadie te la puede enseñar y, la farsa sigue, montan Golpes de Estado, elecciones fraudulentas, matan, reprimen y consideran la moda como legado cultural.
Sacar un sello postal es lo de menos y hasta gracia causa, si ellos no se lo dicen quién se los va a decir, son un gobierno espurio y espurio cada uno de sus actos, ellos insisten en la legalidad ejecutada por su circo. Será paradójico enviar las postales con esas imágenes tan definitivas de la represión con un sello postal de un gobierno de facto que jura no haber violentado los derechos humanos, las imágenes hablan por sí mismas, también deberían de imprimir a Goriletti en una estampilla diciendo: “yo no fui”. Ya veremos cuando la Corte Penal Internacional les saque los trapitos al sol, qué hacen con sus estampillas y sellos.

MC.-¿Qué harán con las gigantografías cuando termine el itinerario?, ¿cuándo expondrá las fotos en Tegucigalpa?
MO.- La muestra en Tegucigalpa será el próximo 27 de diciembre en el marco de una feria político-cultural en la que estamos trabajando. Es el cierre de nuestra actividad para fin de año y no como celebración, más bien para un recuento de nuestra lucha y de nuestras obligaciones para dar los siguientes pasos dentro de la Resistencia. Aspiramos a tener con nosotros la mayoría de las instituciones, organismos y colectivos de la Resistencia, junto a conferencias de prensa y foros de discusión, además de la muestra fotográfica y un concierto con Café Guancasco y Artistas en Resistencia invitados.
Toda la actividad la haremos en honor a las compañeras y compañeros caídos, víctimas fatales de este régimen de facto, seguimos de luto, no nos ha quedado tiempo de llorar a nuestros muertos, pero eso no quiere decir que no tengamos presente su recuerdo. Y con las gigantografías -como decís vos- esperamos llevarlas a otras ciudades de Honduras y abarcar los públicos que menos acceso tienen a la verdad, lo haremos hasta que se desgasten las fotografías, y cuando ya no sirvan las volveremos a imprimir para continuar.

MC.-¿Qué desafíos enfrentará el colectivo Artistas en Resistencia después del 27 de enero?, ¿qué sigue para ustedes luego de las Tierras del Nunca más?
MO.- El desafío ha sido de toda la vida, los artistas hondureños hemos estado en resistencia siempre, al menos los que representamos la moral y la ética o lo que queda de ella. Con el golpe de estado el 28 de junio perdimos los pocos espacios que habíamos ganado en años de gestión, así como también perdimos amigos o hipotéticos amigos, al fin y al cabo oportunistas y parásitos de la cultura, en fin, sabemos quién es quién y ya no hay vuelta atrás. Los que quedamos marcharemos hasta donde podamos y crearemos y seguiremos creando e insistiremos en llevar nuestro arte a esos públicos inéditos y seremos inéditos cada vez que nos presentemos con públicos nuevos. Hay mucho por hacer y lo haremos

MC.-Finalmente, ¿escribirás algún poema con esta experiencia sensorial de las imágenes?, ¿todavía hay tiempo y espacio en tu libro inédito para más poesías?
MO.- Siempre hay tiempo y espacio para la poesía en mi vida. Debo confesar que no he podido escribir desde el 28 de junio, “no son palabras las que me faltan, son palabras las que me ahogan” dice el poeta Fabricio Estrada y este es mi caso por ahora; mi próximo libro no es implícitamente de la crisis política actual de mi país, hace un tiempo atrás que vengo trabajándolo, sin embargo es un homenaje a la mayor participante de la Resistencia, a la mujer, a ellas que han representado el 70% de la Resistencia, ya la poesía misma me revelará el camino, mientras tanto, seguiré mi militancia cultural y política.
* Entrevista tomada de El Clarín de Chile

martes, diciembre 22, 2009

Jorge Volpi y el golpe en Honduras


Con El insomnio de Bolívar el narrador mexicano Jorge Volpi acaba de obtener el II Premio de Ensayo Debate - Casa de América. Volpi afirma en la introducción al texto –con sorna apenas disimulada- que su intención es “atisbar el fecundo caos que hoy distingue a este agreste y poderoso territorio imaginario que algunos todavía llaman América Latina”.

Estructurado en cuatro partes, a las que Volpi llama “consideraciones”, en El insomnio de Bolívar no podía faltar una mención a nuestra abismal patria. En la última consideración, titulada “Estados Unidos de las Américas”, el líder del crack “se atreve a mostrar algunos episodios cómicos o dolorosos de América Latina a principios del siglo XXI y, no sin una buena dosis de optimismo, aventurar el futuro de esta agobiada región de la Tierra”.

Y al llegar a la página 220 aborda el tema fatal: “Honduras, utilizada por Estrados Unidos como base de operaciones de la contraguerrilla nicaragüense, fue la víctima principal de las recetas neoliberales de los años noventa. El presidente Manuel Zelaya, originalmente ligado a la derecha, recorrió el camino ideológico inverso hasta vincularse con Hugo Chávez y, siguiendo su ejemplo, intentó convocar una consulta popular para hacerse reelegir. Sólo que, a diferencia del venezolano, Zelaya jamás logró tener el control sobre los demás órganos de gobierno y sus ambiciones no tardaron en ser vistas por sus antiguos aliados como una amenaza, lo cual terminó por alentar el último de los golpes de Estado sufridos por la zona (e hizo reaparecer, en un papel estelar, a nuestros caducos gorilas militares).”

Fuera de contexto, a muchos hondureños este juicio volpiano nos podría resultar irritante, por su evidente esquematismo, por la manera en que simplifica de manera falaz un hecho tan devastadoramente doloroso. Sin embargo, viene antecedido por otras consideraciones históricas que nos revelan cómo somos vistos por el resto del mundo, o al menos por esa minoría inteligente a la que resulta intrascendente el destino futbolístico de David Suazo, y le viene importando un comino que la bandera blanquiazul flameará en junio en Sudáfrica. Y esa visión, aunque nos duela, no deja de tener visos de inquietante objetividad; pero antes de lanzar el comentario airado, sugiero leer el texto completo, que además dedica toda una "consideración" al tema de la actual literatura latinoamericana y, cómo no, a la influencia de Roberto Bolaño.

martes, diciembre 15, 2009

Chomsky hablará hoy sobre Honduras


Este martes 15 de diciembre, de 18:30 a 21:30, en la sala 26-100 del Massachusetts Institute of Technology (MIT), el lingüista Noam Chomsky, quien además es un renombrado comentarista de asuntos latinoamericanos, hablará sobre el golpe de estado en Honduras y la amenaza que implica para todo el hemisferio occidental. El doctor en Historia, Rodolfo Pastor, ministro de Cultura del gobierno en exilio, ofrecerá una introducción a la conferencia de Chomsky y luego lo acompañará en la ronda final de preguntas y respuestas.

El profesor Chomsky ha advertido que el golpe de estado en Honduras “plantea una nueva etapa, un nuevo modelo que tiene por objetivo detener a la izquierda democrática y reemplazarla por la oligarquía. Se han llevado a cabo las elecciones y, sin importar bajo qué condiciones, los Estados Unidos seguirán apoyando al gobierno surgido de la farsa electoral. Esto es un engaño para la soberanía de América Latina; Estados Unidos está probándole al mundo que, aun bajo la administración de Obama, también se apoyarán los golpes de estado militares y las brutalidades máximas, si estas son parciales a sus intereses.”

jueves, diciembre 10, 2009

Pepe Lobo, ofensiva y reconciliación. Roberto Quesada


"La libertad sólo reside en los Estados en los que el pueblo tiene el poder supremo". Marco Tulio Cicerón.

Es probable que Pepe Lobo tenga buenas intenciones, pero eso no basta en algo que no ha sido un juego, como lo es el asalto al poder o dicho propiamente: el golpe de Estado-Militar. Desde entonces la muerte ha florecido, como nunca, en Honduras.

Ha habido cantidad de oportunidades para superar, en alguna medida, la crisis política hondureña. Incluso, el presidente Zelaya ha sido amplio en la apertura, ha hecho concesiones inimaginables, pero los golpistas colmados de una falsa autosuficiencia han hecho caso omiso a cualquier salida negociada y han apostado por la impuesta a través de la bota militar.

La más reciente posible salida digna al conflicto la tuvo el congreso nacional, pero la despreciaron y a cambio dieron, con las contadas excepciones, un triste espectáculo, plagado de deformación espiritual e intelectual. Muchos compatriotas en el exterior, a los que me sumo, me han comentado que la actuación de diputadas y diputados les ha dado una especie de vergüenza ajena, vergüenza de que nos identifiquen como hondureños ante representantes blindados de tanta estupidez.

Pepe Lobo, quien desde hace un tiempo se vislumbraba como vencedor absoluto ante la ausencia en las votaciones del máximo contendiente, el Partido Liberal, ha dicho antes y después de las elecciones efectuadas bajo gobierno de facto, que es injusta la condena mundial a Honduras, el castigo impuesto por irrespetar la constitucionalidad y que el mundo debería de reflexionar y levantarle todas las sanciones económicas a Honduras.

Precisamente quienes delinquieron, los golpistas, son quienes han tenido toda la posibilidad de que Honduras volviese a la normalidad, pero creyéndose más listos que el mundo entero, poniendo a prueba la viveza criolla contra el planeta, asumiendo –no sé basados en que—de que Honduras es centro y destino del universo, han desdeñado a medio mundo y la arrogancia los ha hecho creerse superpotencia económica, militar e intelectual.

Ahora Pepe Lobo acaba de vivir en carne propia lo que es ver a Honduras desde adentro, desde falsos, distorsionadores e idiotizantes mensajes mediáticos, y verla desde afuera, en donde no se desconoce absolutamente nada: ni el abstencionismo electoral; ni la violación a los Derechos Humanos; ni la violación a la libertad de expresión; ni el retorno de los escuadrones que asaltan casas de madrugada para capturar opositores; ni nada.

Pepe Lobo, acompañado de los candidatos derrotados-- en donde quizá cuenta el del otro partido mayoritario, los otros no son más que una deslucida coreografía para aparentar de que la unidad en Honduras es tal que hasta las etnias participan en igualdad de condiciones-- probó el sabor amargo de la desaprobación en Costa Rica. Es probable que la anunciada ofensiva diplomática se haya convertido en defensiva, sobre todo cuando allí mismo se enteraron de que la República Dominicana les cerraba las puertas, cosa que hasta pudo ser mejor para ellos, ya que anunciado estaba que se preparaban grandes protestas por esta visita en Santo Domingo. Y todo esto ocurre el mismo día en que los países integrantes del Mercosur han dado un contundente rechazo al golpe de Estado-Militar y a las elecciones realizadas en este contexto.

También Pepe Lobo pudo constatar de que la crisis hondureña trasciende las fronteras patrias, especialmente en cuanto a América Latina se refiere. Ningún otro país quiere pasar por la experiencia de un golpe de Estado Militar que luego pretenda ser blanqueado con unas elecciones. Me atrevo a pensar que en esa arrolladora victoria en Bolivia de Evo Morales (sin quitarle méritos a Morales), también tuvo que ver el caso Honduras, pues el pueblo se volcó al respaldo de su presidente como mensaje directo a cualquiera que pretenda repetir la aventura de un golpe de Estado Militar.

El nuevo reto de Pepe Lobo es el llamado que ha hecho a un gran diálogo nacional, en la búsqueda de la reconciliación nacional. Pero ya de entrada se percibe otro fracaso de lo que ya algunos medios en vez de diálogo, llaman monólogo. Reconciliar, según el diccionario, es: “Restablecer la concordia o la amistad entre varias partes que estaban enemistadas: las conversaciones de paz buscan reconciliar a los bandos enfrentados”. ¿Y si no está el presidente constitucional Manuel Zelaya Rosales cuál es esa otra parte del otro bando?

Por otro lado, ha continuado la violación a los derechos humanos, también a la libertad de expresión. El asalto de El Libertador y las constantes interferencias al Canal 36, Cholusat Sur, son de dominio público internacional. También se sabe, por ejemplo, de la agresión que fue víctima Laura Carlsen en el Hotel Marriott, por “observadores” nacionales e internacionales, el día de las elecciones, la analista política, directora del Programa de las Américas, del Center for International Policy, organización no gubernamental que tiene su sede en Washington, DC., confiesa que temió por su vida. Tampoco abona a la truncada búsqueda del reconocimiento internacional el hecho de que al día siguiente de haber ganado las elecciones, Pepe Lobo se reuniera con las Fuerzas Armadas. El mensaje entendido por el mundo es que fue a recibir órdenes, en vez de darlas, como debería ser. Y América Latina ha cerrado filas para no volver a ese pasado militarista que tantas vidas cobró, que tanto dolor causó que basta un pequeño roce para que se abran las heridas aún del todo no saturadas.

Estoy seguro de que la mayoría de hondureños/as deseamos la salida del conflicto, queremos la paz, apostamos por una Honduras mejor, pero en condiciones civilizadas, no con el presidente constitucional refugiado y militarmente cercado, no con la violación de los Derechos Humanos, no con la violación a la libertad de expresión, no con una dictadura, todo ese es un antiescenario para cualquier propuesta de paz. En estas circunstancias en vez de reconciliación lo que se acentúa es la rencor-ciliación.

Algunas y algunos están envalentonados por el respaldo de los Estados Unidos a las elecciones, yo no estaría tan confiado, conociendo bastante cómo maneja Estados Unidos sus relaciones exteriores, no sería sorpresa que de la noche a la mañana su postura diera un giro de ciento ochenta grados y al no encontrar consenso y tener intereses superiores en otros escenarios, corra el telón de Honduras y se apegue a la Constitución hondureña y ampare su desamparo en el Artículo 3 de nuestra Constitución. ¡Cuidado, Pepe!


Nota: Para quienes no lo saben, aquí el Artículo 3, de la Constitución de la República de Honduras: “Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador ni a quienes asuman funciones o empleos públicos por la fuerza de las armas o usando medios o procedimientos que quebranten o desconozcan lo que esta Constitución y las leyes establecen. Los actos verificados por tales autoridades son nulos. El pueblo tiene derecho a recurrir a la insurrección en defensa del orden constitucional.

jueves, diciembre 03, 2009

¡Chelato al Mundial!


por Fabricio Estrada

Mientras los pocos diputados dignos argumentaban su voto en contra de la moción que sentenciaba a Manuel Zelaya Rosales a la no restitución, los demás diputados, emperifollados, maniáticos, simples asnos y asnas, elucubradores, montaraces, viles, simplones, burdos y burdas, copias humanas, etc.) agarraban su celular para jugar, hacían coro de la rechifla, se reían con dientes purulentos, en fin, se negaban -como lo vienen haciendo- a escuchar el acto civilizado del razonamiento.

No es ninguna sorpresa, pero lo visto ayer en TV es toda una lección del cómo construir el asco. La no restitución triunfó de antemano y ya todos sabíamos lo que pasaría ayer en esa sesión, sin embargo, no me deja de sorprender la inagotable revelación de la mentalidad primitiva y sus poses mediáticas.

Wenceslao Lara, el pobre primate que han erigido como vocero de la brutalidad verbal, llegó a decir que "el mundo debe tomar aprendizaje de la democracia, porque incluso en medio de tan grave crisis la selección nacional de fútbol clasificó al mundial" (...)

Momentos antes había hablado José de la Paz Herrera (Chelato Uclés), técnico mundialista de la selección de fútbol que participó en España 82. Diputado de bajísimo perfil y figura exótica del Congreso, Chelato había sido electo como un premio popular, casi un capricho que le daba "sazón" a las aburridas deliberaciones. Pues bien, ayer se esperaba que volviera a recordar el juego aquel contra Yugoslavia cuando salimos eliminados por un penal inexistente...y ¡voilá! ¡sí que habló de un penal inexistente! Pero el penal del que hablaba era del que le metió el mismo Congreso Nacional al pueblo hondureño a través del golpe de Estado, que a estas alturas ya lleva tres versiones: la del 28 de junio, la de las elecciones del 29 de noviembre y la de ayer 2 de diciembre.

Chelato les dio una cátedra de humildad y verdad popular a ese nido de cacatúas y, definitivamente, demostró para qué estaba en ese lugar y cómo actúan los caminos inescrutables del vox Dei : "¿Eres tú el Hijo de Dios? -ilustró Chelato-Pilatos basándose en la Biblia- y Cristo le contestó: Tú lo dices" y entonces -preguntó Chelato- ¿cuál es la verdad y quiénes son los hijos de Dios? ¡Pues el pueblo! ¡el pueblo que ha marchado más de 150 días y que ha sufrido la brutalidad militar! ¡Esa es la verdad! ¡Yo voto en contra!

Caramba, Chelato no se lavó las manos al igual que hicieron 14 valientes diputados y diputadas. Chelato encarnó al que en los billares llora por la pérdida de un partido, al que cargando 90 libras de carne se apresura para alcanzar al menos el segundo tiempo en los laberintos del mercado, a la novia que se sube a la moto junto a su novio y regresa a casa con una bandera de lágrimas por la derrota o por la emoción incontrolable... Chelato se hizo hombre y mujer, nació en un pesebre de algún mesón tegucigalpense, vivió, jugó, conoció Sevilla, le empató a España y se guardó la verdad revelada en los campos de entrenamiento para expresarla con claridad el día que le tocara... y sí, ayer fue ese día que tanto esperaba... o esperábamos de él, nuestro santo futbolero, nuestra potra eterna, nuestra esférica fe multiplicada en las redes de la impotencia!

¡Chelato clasificó anoche al mundial de la dignidad!!

(Tomado de La bitácora del párvulo)

martes, noviembre 24, 2009

Un poema de Delmer López Moreno


ARTE FACTO 6

1
Patria,
con odio escribo
sin olvidar que amo.
Con odio en la boca
y el amor invertido
en lágrimas de sangre.
Con odio la tierra gira
sacudiéndose el polvo
de antiguos imperios.

2
Equivocado destino,
ya no seré el manso animal racional
que pende de hilos marioneteros
He abierto mis ojos y al cerrarlos
lo he comprendido todo
Dueño tú de mí, nunca más
Iré por mi cuenta hacia el futuro
Convocaré a mis pies
y les diré a cada paso:
Vamos altivos guerreros
a vencer al tirano imperial
A derribar tronos y lechos
hasta incinerar el mal
sin lanzarlo en el mar.

3
Patria, en resecos labios,
la gota de agua para dos,
Apenas miga para dos,
milésima luz para dos
Patria, vivir unidos
morir abrazados.

4
A qué horas patria
en que ambos nos acostemos a soñar,
con la precipitación del mar o el viento
Veo que no me das respuesta
Veo que lloras y lloro
Veo que gritas y grito
Veo que odias y odio
Veo que llamas y llamo
Veo que tengo torcida la boca
en el espejo de tu sueño.

5
No me hablen de otra patria
Sólo quiero una,
Desde que levante su alba
y la vuelva al sueño.
No me hablen de otra patria,
al corazón le basta Honduras.

6
Cientos de muchachos de barrio,
hablando de resistir
Bajo esta lluvia han estado,
algunos se han puesto a llorar
Otros se han abrazado
y han jurado vencer el mal
Hablando de tí, patria dulce,
han estado los muchachos
Que muertos de sueño sueñan
y tú corres hacia el mar
llevando cantos de furia.

7
Delicada
Patria con el corazón herido
por la esquirlas del villano
Héme aquí,
con el odio en las manos,
presto a defender el amor.

jueves, noviembre 12, 2009

De premios y amigos


En la foto, tomada de Moleskine literario, aparecen Halfon (calvo) y Thays mientras departían en su inolvidable Bogotá 39.

Quizás suene como un cliché, pero es que esta onda de los premios literarios cada día se supera con creces, tanto en montos como en ambiguas relaciones entre jurados y premiados. Digo lo anterior porque acabo de leer en el blog Moleskine literario, del escritor peruano Iván Thays, que al narrador guatemalteco Eduardo Halfon le adjudicaron el Premio de Novela Corta José María de Pereda, dotado con 30,000 euros, por su novela La pirueta.

Y -antes que mis amigos de mimalapalabra lo celebren con alborozada inocencia- reparo en el párrafo que dice así: “Para Almudena Grandes, La pirueta es un libro “muy bien escrito, con un tono melancólico muy especial" y un ganador "estupendo" para un premio que en varias de sus ediciones ha quedado desierto. Junto a ella, han otorgado el premio, por unanimidad, los escritores Andrés Trapiello y Carlos Galán y el editor Manuel Ramírez.”

Y pienso: qué bien por Halfon y sus 30 mil euros que, según deja entrever Thays, quien se dice su amigazo del grupo B39, probablemente invierta en “comprar calzoncillos Calvin Klein en Aventura Mall, en Miami, acompañado del también premiado B39 Andrés Neuman”. Pero recuerdo que leí "algo" en su libro El ángel literario, y entonces voy al estante y saco el delgado volumen y ahí está: en las páginas 47 a la 51 se narra el amistoso encuentro entre Halfon y Andrés Trapiello (sí, el jurado que le acaba de otorgar los 30 mil euros), entre cafés cortados y cañas y complicidades mutuas apenas esbozadas, donde también comparten confidencias familiares y apellidos ilustres…posibles temas para narraciones futuras...