Hace un par de días terminé Pétalos y otras historias incómodas, que reune seis cuentos de la escritora mexicana Guadalupe Nettel, y debo confesar que todavía no me repongo de esa sensación indefinida, esa inquietud, que me dejó la lectura del delgado volumen de 141 páginas, publicado bajo el sello de Anagrama en el año 2008.
Pero quizás debiera empezar por decir que a Guadalupe Nettel -o mejor dicho a sus libros- me la/los recomendó Diana Palaversich, la profesora croata que reside y enseña en la australiana University of New South Wales, quien a su vez es autora del controvertido De Macondo a McOndo, Senderos de la postmodernidad latinoamericana (Plaza y Valdés, 2005), libro que, dicho sea de paso, debiéramos tener como lectura de cabecera todos los que intentamos precisar las claves de la actual literatura latinoamericana.
Pero quizás debiera empezar por decir que a Guadalupe Nettel -o mejor dicho a sus libros- me la/los recomendó Diana Palaversich, la profesora croata que reside y enseña en la australiana University of New South Wales, quien a su vez es autora del controvertido De Macondo a McOndo, Senderos de la postmodernidad latinoamericana (Plaza y Valdés, 2005), libro que, dicho sea de paso, debiéramos tener como lectura de cabecera todos los que intentamos precisar las claves de la actual literatura latinoamericana.
Pero De Macondo a McOndo merece una entrada propia en este blog, así que mejor volvamos a la Nettel y a sus cuentos, permeados por una atmósfera de irrealidad, casi rondando la levedad de lo fantástico (en una entrevista para Radio France Internationale, Guadalupe Nettel reveló que su pasión por la literatura surge a raíz de la lectura de Narraciones Extraordinarias de Edgar Allan Poe), pero con el peso incuestionable de una prosa cuya sutil precisión denota un gran refinamiento, a la par de un manejo excepcional de la lengua española, pero con matices que denotan la influencia francófona, producto de haber pasado su infancia en Francia, donde también ha realizado gran parte de su vida académica, específicamente sus estudios de literatura en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París.
En una reseña sobre Pétalos publicada en Letras Libres, Rafael Lemus advierte acerca de sus “estructuras, firmes y típicas, que fingen contar una historia mientras narran –como quiere Piglia– otra oculta, doblemente poderosa”, tras anotar que la prosa de Nettel “delata interés en el lector, no ganas de consentirlo. Aunque de factura clásica, estos relatos no intentan provocar en quien los repasa un placer sublime, equilibrado. Persiguen, felizmente, un objetivo menos saludable: incomodar, provocar comezón”. Esa es, precisamente, la inquietud a que nos referíamos antes, la que parece ser la “marca” que distingue a la narrativa de Nettel, y que ya se había manifestado en su primera novela: El huésped (Editorial Anagrama, 2006), con la que fue finalista del Premio Herralde y que fue editada simultáneamente en francés, con el título L’Hôte, por la editorial Actes Sud. Otro elemento por explorar, y que también ha sido señalado por Lemus, es la influencia de Mario Bellatin, filtrada en atmósferas y anécdotas que recuerda a esos seres bellatinianos, maniáticos y minimalistas. Por cierto, en la entrevista para RFI, Guadalupe Nettel confesó su devoción juvenil por los programas televisivos La familia Adams y Los Monsters.
Revisando la información acerca de Guadalupe Nettel hasta da un poco de pena no haberla conocido antes, ya que ha sido señalada con insistencia entre los autores más destacados de su generación. En el 2007, en “Bogotá Capital Mundial del Libro” fue incluida en el listado con los escritores menores de 39 años más representativos de la literatura latinoamericana actual, junto a Jorge Volpi, Juan Gabriel Vásquez, Andrés Neuman, entre otros.
Además, colabora desde hace varios años con distintas revistas y suplementos literarios francófonos e hispanoparlantes como L'atelier du roman, L'inconvénient, Quimera, Cultura/s de La Vanguardia, Qué Leer, Confabulario, El Ángel, Hoja por Hoja y Letras Libres. También dirige la revista Número Cero, un proyecto de intersección entre las culturas iberoamericanas y francófonas. Y Pétalos ha sido galardonado con el Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen en México.
En fin, para quienes aun no han leído nada de Guadalupe Nettel, les recomiendo su cuento “La vida en otro lugar”, que fue incluido por Letras Libres en su número monográfico de agosto de 2008.
En una reseña sobre Pétalos publicada en Letras Libres, Rafael Lemus advierte acerca de sus “estructuras, firmes y típicas, que fingen contar una historia mientras narran –como quiere Piglia– otra oculta, doblemente poderosa”, tras anotar que la prosa de Nettel “delata interés en el lector, no ganas de consentirlo. Aunque de factura clásica, estos relatos no intentan provocar en quien los repasa un placer sublime, equilibrado. Persiguen, felizmente, un objetivo menos saludable: incomodar, provocar comezón”. Esa es, precisamente, la inquietud a que nos referíamos antes, la que parece ser la “marca” que distingue a la narrativa de Nettel, y que ya se había manifestado en su primera novela: El huésped (Editorial Anagrama, 2006), con la que fue finalista del Premio Herralde y que fue editada simultáneamente en francés, con el título L’Hôte, por la editorial Actes Sud. Otro elemento por explorar, y que también ha sido señalado por Lemus, es la influencia de Mario Bellatin, filtrada en atmósferas y anécdotas que recuerda a esos seres bellatinianos, maniáticos y minimalistas. Por cierto, en la entrevista para RFI, Guadalupe Nettel confesó su devoción juvenil por los programas televisivos La familia Adams y Los Monsters.
Revisando la información acerca de Guadalupe Nettel hasta da un poco de pena no haberla conocido antes, ya que ha sido señalada con insistencia entre los autores más destacados de su generación. En el 2007, en “Bogotá Capital Mundial del Libro” fue incluida en el listado con los escritores menores de 39 años más representativos de la literatura latinoamericana actual, junto a Jorge Volpi, Juan Gabriel Vásquez, Andrés Neuman, entre otros.
Además, colabora desde hace varios años con distintas revistas y suplementos literarios francófonos e hispanoparlantes como L'atelier du roman, L'inconvénient, Quimera, Cultura/s de La Vanguardia, Qué Leer, Confabulario, El Ángel, Hoja por Hoja y Letras Libres. También dirige la revista Número Cero, un proyecto de intersección entre las culturas iberoamericanas y francófonas. Y Pétalos ha sido galardonado con el Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen en México.
En fin, para quienes aun no han leído nada de Guadalupe Nettel, les recomiendo su cuento “La vida en otro lugar”, que fue incluido por Letras Libres en su número monográfico de agosto de 2008.