Leer a Bellatin debiera ser obligatorio para aprender, como si asistiéramos a su Escuela Dinámica, que a veces menos es más, que una narrativa que ha sido calificada como “anoréxica” puede ser sorprendentemente compleja, casi indescifrable. Como señala Diana Palaversich en su libro De Macondo a McOndo: estamos ante una escritura que está “mucho menos interesada en relatar acontecimientos que en explorar la naturaleza de lo ficticio y el proceso de su producción…donde la narración misma se vuelve el sujeto principal del discurso literario”.
En la red podemos encontrar algunos datos sobre Mario Bellatin, pero lo esencial es leer sus textos, enfrentarse a la incertidumbre que plantean sus relatos. Yo propongo que echen un vistazo a Biografía fantasma, a Madre e hijo, así como a Bestiario fantástico y a Cortos chilangos, y luego me cuentan.
En la red podemos encontrar algunos datos sobre Mario Bellatin, pero lo esencial es leer sus textos, enfrentarse a la incertidumbre que plantean sus relatos. Yo propongo que echen un vistazo a Biografía fantasma, a Madre e hijo, así como a Bestiario fantástico y a Cortos chilangos, y luego me cuentan.
1 comentario:
Leer "Salón de Belleza" ha sido una de las más gratas sorpresas de los últimos años: una increíble y diminuta obra maestra, narrada con un desparpajo que parece contención y no es más que fuerza de lo no dicho. Después de esa, pude leer "shiki Nagaoka, una nariz de ficción" y "Jacobo el mutante", lo cual no es muy difícil, porque se pueden leer las tres en un solo día. Ya estas dos no me sorprendieron tanto, sobre todo la de Nagaoka, que me pareció medio artificiosa. Sin embargo, siempre en Bellatin hay algo que subyace, algo grandioso que no se dice.
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