Hacia un país sin librerías
Para todo aquel que se identifica plenamente con su formato tradicional, que disfruta de romper una cubierta plástica para después abrir sus páginas, revisar el índice y aspirar ese olor inconfundible a sabiduría, los libros son parte integral de su existencia, y títulos como el que encabeza esta entrada deben hacer vibrar en su interior una inconfundible voz de alarma.
Alarma que se justifica al leer el trabajo del maestro Gabriel Zaid, donde quedan en evidencia algunas de las triquiñuelas que utilizan los "nuevos libreros", esa horda ignorante y perversa que sacrifica calidad por volumen de ventas, en una execrable actitud que ha tornado en vulgar supermercado esa benemérita institución llamada librería. El ensayo se titula "Hacia un país sin librerías", y acaba de aparecer en la edición de diciembre de la revista Letras Libres.
Las batallas políticas de Vuelta
Además, les recomiendo la lectura de la mínima, pero fundamental, antología elaborada por Christopher Domínguez-Michael titulada "Las batallas políticas", donde recoge algunos de los capítulos más comprometidos de la revista Vuelta, fundada por Octavio Paz.
Mexican Gothic
De lectura obligada en la sección Artes y medios es la crítica contrapuntística de las películas Hijos de los hombres, de Alfonso Cuarón, y El laberinto del fauno, de Guillermo del Toro. Dos producciones que -de acuerdo a Vicente Molina-Foix- trascienden sus géneros respectivos (ciencia ficción y fantasy) y terminan siendo obras muy personales. Ambas exploran el territorio imaginario de la muerte, “el salvaje país del que ningún viajero vuelve”. Aunque a nosotros sólo nos queda rogar porque lleguen a las carteleras nacionales, hasta ahora signadas por la mediocridad y el kitsch.
Un cuento de César Aira
Y para esbozar un panorama más amplio, no podemos dejar de recomendar la lectura del cuento "El todo que surca la nada", donde afloran las constantes narrativas que perfilan el singular estilo de ese apasionado del minimal llamado César Aira.
2 comentarios:
Según una regla de oro danesa (desconozco qué tan antigua): “quien escucha, su mal oye”, y es esa la primera experiencia del narrador del cuento “El todo que surca la nada”. Y es que sólo aquél que está sediento de vivir (mísero o acaudalado) y atento a los detalles de la vida cotidiana, y hasta de las “oportunidades” más insólitas, puede darle color y vida a las palabras. Y es cuando el personaje “viaja”, cuando ha “visto más”: “yo mismo, aun en lo limitado de mi experiencia, podía pensar que lo había visto todo”.
Extrañamente no puedo dejar de asociar al narrador de ese cuento con un amigo (el que me dice Casaubon), por la relación entre abuela y personaje, y por su afinidad fantástica y deleite de la literatura: el dueño del blog.
Tendré que releer el cuento.
Tengo una simple curiosidad al
Referirnos al tema un pais sin Librerias siento como que en sierta Forma estamos dejando de tomar en Cuenta ese pequeño detalle que se Llama libre exprecion obstaculisando
Tambien la mentalidad de algunos buenos escritores que estan girando sus libros a una vision moderna y dando un toque de morbo que para mi ver es un morbo sano
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