sábado, febrero 05, 2011

Aira, golpes y otros juegos sangrientos


Leyendo a César Aira me encuentro con un párrafo que viene como anillo al dedo para referirse a la grotesca pantomima urdida por los reyes del oportunismo seudocultural: el turco maloliente con aspiraciones poéticas y el patepluma vividor y acomodado, quienes intentaron darle carta de legitimidad convenciendo al poeta paradisíaco y borrachín (por cierto, sus acólitos resistentes persisten en acomodado silencio sobre la participación “destacadísima” de su gurú en tan deplorable tinglado, salvo la honrosa excepción de los Poetas del Grado Cero) a “contribuir” en calidad de jurado con el lavado de imagen que el alcalde golpista por indecencia ha emprendido con miras a su futura candichatura presidencial. Para mayor información pueden hacer click aquí.

Pero, por favor, no dejen de leer este fragmento de la novela de Aira, que sirvió de punto de partida a este comentario:

“Así siguieron un rato. Era una reunión de escritores disidentes de un Estado totalitario, amargados y desalentados, pero con la llama de la creación todavía encendida. No querían rendirse, a pesar de todo. Se sucedieron los poemas, los cuentos, los capítulos de novela, que a pesar del fervor con que eran leídos y escuchados no podían disimular su precariedad y provincianismo. Eran grises, anticuados, muy de Juegos Florales y autoedición, como si el detestado Régimen los hubiera contaminado con su burocracia melancólica y su ideología pasada de moda.”

César Aira, El mago, p. 81.

No hay comentarios: